Actos de los Apóstoles
Quinto
libro del Nuevo Testamento
Lucas (Discípulo de
Pablo)
(Parte 8)
Damos continuidad en esta
edición al Estudio
Sistematizado del Nuevo
Testamento, que comprenderá
el estudio de los Evangelios
de Mateo, Marcos, Lucas y
Juan y del libro Actos de
los Apóstoles. El estudio
está basado en la versión del Nuevo
Testamento que el lector
puede consultar a partir de
este link: http://www.bibliaonline.con.br/tb.
Las respuestas
correspondientes a las
cuestiones presentadas se
encuentran a finales del
texto de abajo.
Cuestiones
para el debate
1. Reunidos en Jerusalén
para dirimir la cuestión
relativa a la obligatoriedad
o no de la circuncisión,
¿cuál fue la decisión de los
apóstolos?
2. Habiendo Pablo decidido
visitar nuevamente todas las
ciudades donde hubo estado
anunciando la palabra del
Señor, surgió nueva
contienda, ahora entre él y
Bernabé. ¿Por qué ellos
divergían? ¿Y que resultó de
ese episodio?
3. ¿Pablo fue impelido para
anunciar el Evangelio en
Asia?
4. ¿Qué motivo hizo a Pablo
dirigirse a Macedonia?
5. ¿Por qué Pablo y Silas
fueron presos en Filipo y
cómo ellos salieron de la
prisión?
Texto para la lectura
30. En Corinto, hasta el
jefe de la sinagoga se
convierte al Señor - De
Atenas Pablo fue a Corinto,
donde encontró a un judío
llamado Áquila, que había
llegado de Italia con su
esposa Priscila, en razón de
un decreto de Cláudio, que
hubo obligado a todos los
judíos a salir de Roma.
Pablo los buscó y, como
ejercía el mismo oficio,
quedó trabajando en la casa
de ellos: eran todos ellos
fabricantes de tiendas. Los
sábados, Pablo hablaba en la
sinagoga, buscando convencer
a judíos y griegos acerca de
Jesús y del Evangelio.
Cuando Silas y Timoteo
llegaron de Macedonia, Pablo
se dedicó exclusivamente a
la predicación, demostrando
siempre a los judíos que
Jesús era, de hecho, el
Mesías. Ellos, sin embargo,
resistían a esa idea y
pasaron a insultarlo. Pablo
entonces sacudió su ropa y
les dijo: “¡Vosotros sois
responsables por lo que os
ocurrirá! ¡No me cabe a mí
la culpa! ¡En lo sucesivo
iré a los paganos!” Saliendo
de allí, él fue para la
compañía de un hombre
llamado Tício Justo, que
adoraba a Dios y cuya casa
quedaba cerca de la
sinagoga. Crispo, el jefe de
la sinagoga, creyó en el
Señor, y como él toda su
familia, lo mismo ocurriendo
a muchos corintios que,
oyendo las predicaciones,
creían y eran bautizados.
(Actos, 18:1 a 18:8.)
31. Jesús aparece a Pablo
y lo incentiva en su misión
- Cierta noche, el Señor
dijo a Pablo, en una visión:
“No tengas miedo, pero
continúa a hablar y no
calles. Estoy contigo y
nadie se aproximará a ti
para hacerte mal: tengo un
pueblo numeroso en esta
ciudad”.
Pablo se quedó allí un año y
seis meses, enseñando
siempre la palabra de Dios.
Ocurriendo entonces que,
siendo Galiano gobernador de
Acaia, los judíos se
volvieron contra el Apóstol
y lo llevaron al tribunal,
acusándolo en estos
términos: “Este hombre
induce el pueblo a prestar a
Dios un culto contra la
Ley”. Pablo iba a
defenderse, cuando el propio
Galião, tomando la palabra,
dijo a los judíos: “Si se
tratara de algún delito o
crimen grave, oh judíos, yo
os escucharía con paciencia.
Pero si la cuestión gira en
torno a doctrinas y de
vuestra propia Ley,
¡resolvedla vosotros mismos!
De ese asunto no quiero ser
juez”. Dicho esto, el
gobernador los puso fuera de
la sala del tribunal.
Entonces todos agarraron a
Sóstenes, jefe de la
sinagoga, y le dieron una
paliza delante del tribunal,
pero a Galião no le importó
el hecho. (Actos, 18:9 a
18:17.)
32. Como Pablo, Apolo
también muestra por las
Escrituras que Jesús es el
Mesías - Vencido su
tiempo en Corinto, Pablo
volvió a Antioquia, pasando,
a la vuelta, por Cêncreas,
Éfeso y Cesárea, hasta que
llegó a Antioquia. Tras
quedar en la ciudad algún
tiempo, partió
nuevamente y recorrió por
etapas las regiones de
Galácia y de Frígia,
confortando con su presencia
y su palabra a todos los
discípulos. Hube Llegado a
Éfeso, por esa ocasión, un
cierto judío, llamado Apolo,
natural de Alejandría,
hombre erudito y profundo
conocedor de las Escrituras,
que, instruido en la
Doctrina del Señor, hablaba
con entusiasmo sobre Jesús,
aunque tuviera conocimiento
sólo del bautismo de Juan.
Un día, cuando él hablaba en
la sinagoga, Priscila y
Áquila lo oyeron y, a partir
de ahí, le explicaron más
minuciosamente la doctrina
del Evangelio. Como Apolo
quisiera partir para Acaia,
además de dirigirle palabras
de estímulo a la pareja
escribió a los discípulos
pidiéndoles que lo acogieran
bien. Ellos así lo hicieron
y Apolo fue de gran ayuda
para los fieles de la
región, a causa de sus dones
y porque, de hecho,
respondía a los judíos con
firmeza, demostrando
públicamente, a través de
las Escrituras, que Jesús
era efectivamente el Mesías.
(Actos, 18:18 a 18:28.)
Respuestas a las preguntas
propuestas
1. Reunidos en Jerusalén
para dirimir la cuestión
relativa a la obligatoriedad
o no de la circuncisión,
¿cuál fue la decisión de los
apóstolos?
En base de la contienda,
Pedro dije a los hermanos
allí reunidos: Hombres
hermanos, bien sabéis que ya
hace mucho tiempo Dios me
eligió de entre nosotros,
para que los gentiles oyeran
de mi boca la palabra del
evangelio, y creyeran. Y
Dios, que conoce los
corazones, les dio
testimonio, dándoles el
Espíritu Santo, así como
también a nosotros; y no
hizo diferencia alguna entre
ellos y nosotros,
purificando sus corazones
por la fe. Ahora, pues, ¿por
qué tentáis a Dios, poniendo
sobre el cuello de los
discípulos un yugo que ni
nuestros padres ni nosotros
pudimos soportar? Pero
creemos que seremos salvos
por la gracia del Señor
Jesucristo, como ellos
también.
Tras Pedro, tomó Santiago la
palabra, diciendo: Hombres
hermanos, oídme: Simón
relató como de entrada Dios
visitó a los gentiles, para
tomar de ellos un pueblo
para su nombre. Y con esto
concuerdan las palabras de
los profetas; como está
escrito: Tras esto volveré,
y reedificaré el
tabernáculo de David, que
está caído, lo levantaré de
sus ruinas, y haré
edificarlo. Para que el
restante de los hombres
busque al Señor, y todos los
gentiles, sobre los cuales
mi nombre es invocado, dice
el Señor, que hace todas
estas cosas, conocidas son a
Dios, desde el principio del
mundo, todas sus obras. Por
eso juzgo que no se debe
perturbar aquellos, de entre
los gentiles, que se
convierten a Dios. Sino
escribirles que se abstengan
de las contaminaciones de
los ídolos, de la
prostitución, de lo que es
sofocado y de la sangre.
En base de eso, la cuestión
fue decidida así: No imponer
a los gentíos más gravamen
alguno, sino estas cosas
necesarias: abstenerse de
las cosas sacrificadas a los
ídolos, de la sangre, de la
carne sofocada y de la
prostitución. (Actos,
15:6 a 15:29.)
2. Habiendo Pablo decidido
visitar nuevamente todas las
ciudades donde hubo estado
anunciando la palabra del
Señor, se dio una nueva
contienda, ahora entre él y
Bernabé. ¿Por qué ellos
divergían? ¿Y qué resultó de
ese episodio?
Pablo hube dicho a Bernabé:
Volvamos a visitar a
nuestros hermanos por todas
las ciudades en que ya
anunciamos la palabra del
Señor, para ver como están.
Bernabé aconsejó que tomaran
consigo a Juan, llamado
Marcos. Pablo no estuvo de
acuerdo, porque le parecía
razonable que no tomaran
consigo aquel que desde
Panfília se había apartado
de ellos y no los acompañó
en aquella obra. En base de
la contienda, ellos se
apartaron uno del otro.
Bernabé, llevando consigo a
Marcos, navegó para Chipre.
Pablo, habiendo escogido a
Silas, partió, encomendado
por los hermanos a la gracia
de Dios, y pasó por Siria y
Cilicia, confirmando a las
iglesias. (Actos, 15:36 a
15:41.)
3. ¿Pablo fue impelido a
anunciar el Evangelio en
Asia?
Sí. Cuando pasaba por Frígia
y por la provincia de
Galácia, fue impelido por el
Espíritu Santo a anunciar la
palabra en Asia. (Actos,
16:6.)
4. ¿Qué motivo hizo a Pablo
dirigirse a Macedonia?
Pablo tuvo de noche una
visión en que se presentó un
hombre de Macedonia que le
rogó, diciendo: Pasa a
Macedonia, y ayúdanos. Luego
tras esa visión, él y sus
compañeros partieron para
Macedonia, porque hubo
concluido que el Señor los
llamaba para anunciarles el
evangelio. (Actos, 16:7 a
16:12.)
5. ¿Por qué Pablo y Silas
fueron presos en Filipos y
cómo ellos salieron de la
prisión?
En Filipos, que fue la
primera ciudad de Macedonia
por ellos visitada, Pablo y
Silas fueron importunados
por una joven que tenía
espíritu de adivinación, la
cual, adivinando, daba gran
logro a sus señores. Ella
seguía a Pablo y Silas,
diciendo: Estos hombres, que
nos anuncian el camino de la
salvación, son siervos de
Dios Altísimo. E hizo eso
por muchos días, hasta que
Pablo, perturbado con el
hecho, se volvió y dijo al
Espíritu: En nombre de
Jesucristo, te mando que
salgas de ella. En la misma
hora él salió.
Viendo a sus señores que la
esperanza de su logro estaba
perdida, prendieron a Pablo
y Silas, y los llevaron a la
plaza, a la presencia de los
magistrados, a quienes
dijeron: Estos hombres,
siendo judíos, perturbaron
nuestra ciudad, y nos
exponen costumbres que no
nos es lícito recibir ni
practicar, ya que somos
romanos. Pablo y Silas
fueron, entonces, castigados
y presos.
Cerca de la medianoche,
Pablo y Silas oraban y
cantaban himnos a Dios, y
los otros presos los
escuchaban. De repente
sobrevino un gran terremoto
y los cimientos de la cárcel
se movieron, e
inmediatamente se abrieron
todas las puertas, y fueron
sueltas las cadenas de
todos. (Actos, 16:12 a
16:30.)