Actos de los Apóstoles
Quinto
libro del Nuevo Testamento
Lucas (Discípulo de
Pablo)
(Parte
11)
Damos continuidad en esta
edición al Estudio
Sistematizado del Nuevo
Testamento, que comprenderá
el estudio de los Evangelios
de Mateo, Marcos, Lucas y
Juan y del libro Actos de
los Apóstoles. El estudio
está basado en la versión del Nuevo
Testamento que el lector
puede consultar a partir de
este link: http://www.bibliaonline.con.br/tb.
Las respuestas
correspondientes a las
cuestiones presentadas se
encuentran a finales del
texto de abajo.
Cuestiones
para el debate
1. Pablo pidió al tribuno
permiso para hablar a la
turba que minutos antes
había intentado matarlo. ¿El
tribuno lo atendió?
2. En su discurso, ¿cómo se
presentó Pablo a la multitud
enfurecida?
3. ¿De qué manera, de
acuerdo con el testimonio de
Pablo, se dio el encuentro
de él con Jesús?
4. ¿Quién, según Pablo, lo
ayudó a recobrar la visión?
5. ¿Qué fenómeno ocurrió con
Pablo, al volver a
Jerusalén, tras haber
recobrado la visión en
Damasco?
Texto para la lectura
39. Pablo va a la
presencia de sus acusadores
y es agredido -
Conocedor de que Pablo era
ciudadano romano y queriendo
saber la verdad sobre las
acusaciones que le hacían
los judíos, el comandante
convocó a los
sacerdotes-jefes y todo el
Consejo, llevando a Pablo a
la presencia de ellos.
Encarando con firmeza al
Consejo, Pablo dijo:
“¡Hermanos! ¡fue con la
mejor de las conciencias que
he procedido hasta hoy
delante de Dios!” El sumo
sacerdote Ananias mandó que
sus ayudantes le golpearan
en la boca, a lo que Pablo
le dijo: “¡Dios te golpeará,
pared encalada! Tú te
sientas para juzgar con la
Ley y contra la Ley mandas
golpear en mí”. Los
presentes le llamaron la
atención, diciendo que él
había insultado al sumo
sacerdote. Pablo les
respondió: “Hermanos, yo no
sabía que era el sumo
sacerdote. Porque está
escrito: No insultarás al
jefe de tú pueblo”. (Actos,
22:29 a 23:5.)
40. Los judíos traman la
muerte de Pablo y él parte
para Cesárea - El
tumulto creado con el
recurso adoptado por Pablo
ante el Consejo creció mucho
y el comandante comenzó a
recelar que él fuera
linchado. Por eso, ordenó a
los soldados que lo quitaran
de allí y lo
llevaran de nuevo para
dentro de la fortaleza. En
la noche siguiente, el Señor
apareció a Pablo y le dijo:
“¡Coraje! Así como de este
testimonio de mí en
Jerusalén, también serás mi
testigo en Roma”. Cuando
amaneció, los judíos se
reunieron y se
comprometieron bajo
juramento a no comer ni
beber hasta matar a Pablo.
Eran más de cuarenta los que
así juraron. Con esa
intención, ellos pidieron
entonces a los
sacerdotes-jefes y a los
ancianos que convencieran al
comandante a traer a Pablo a
la presencia de ellos, bajo
pretexto de examinar su caso
con más cuidado. Pero un
sobrino de Pablo, informado
sobre la emboscada, fue a la
fortaleza y lo avisó. De
inmediato, Pablo llamó a uno
de los oficiales y pidió que
llevara el joven al
comandante, porque él tenía
algo serio para comunicar.
El joven fue, relató todo lo
que sabía, y el comandante
decidió entonces conducir a
Pablo al gobernador Félix,
en Cesárea. (Actos, 23:10
a 23:24.)
41. En Cesárea, Pablo
queda detenido en el palacio
de Herodes - Claudio
Lísias – así se llamaba el
comandante – envió con el
preso la siguiente carta al
gobernador: “Saludos. Este
hombre fue prendido por los
judíos y estaba para ser
asesinado por ellos, cuando
interferí
con mi tropa y lo liberé,
pues fui informado de que
era ciudadano romano. Hice
que compareciera ante el
Consejo Superior, deseoso de
verificar la causa de las
acusaciones. Descubrí que él
era acusado por cuestiones
relativas a su Ley, sin que
hubiera realmente
acusaciones contra él que
merecieran muerte o prisión.
Pero yo recibí la denuncia
de que se armaba un atentado
contra este hombre y traté
de enviarlo a ti, avisando a
la vez a los acusadores que
presentaran queja contra él
delante de ti. Adiós”.
Pablo partió
durante la noche y, al
llegar a Cesárea, fue
interrogado por el
gobernador Félix, que le
preguntó de que provincia
era. Informado de que era de
Cilícia, él lo avisó de que
iría a oírlo cuando allí
estuvieran sus acusadores.
Pablo quedó entonces
detenido en el palacio de
Herodes. (Actos, 23:25 a
23:35.)
Respuestas a las preguntas
propuestas
1. Paulo pidió al tribuno
permiso para hablar a la
turba que minutos antes hube
intentado matarlo. ¿El
tribuno lo atendió?
Sí. Con el permiso del
tribuno, Pablo, poniéndose
en pie en las escaleras,
hizo señal con la mano al
pueblo y, hecho gran
silencio, le habló en
hebreo. (Actos, 21:35 a
21:40.)
2. En su discurso, ¿cómo se
presentó Pablo a la multitud
enfurecida?
Pablo dijo: - Soy judío,
nacido en Tarso de Cilícia,
y en esta ciudad criado a
los pies de Gamaliel,
instruido conforme la verdad
de la ley de nuestros
padres, celoso de Dios, como
todos vosotros hoy sois. Y
perseguí este camino hasta
la muerte, prendiendo, y
poniendo en prisiones, tanto
hombres como mujeres,
como el sumo sacerdote me es
testigo y todo el consejo de
los ancianos. Y, recibiendo
de estas cartas para los
hermanos, fui a Damasco,
para traer maniatados para
Jerusalén a aquellos que
allí estuvieran, a fin de
que fueran castigados. En la
secuencia, él explicó como
se dio su encuentro con
Jesús y los hechos
subsiguientes que lo
llevaron a hacerse
cristiano. (Actos, 22:1 a
22:5.)
3. ¿De qué manera, de
acuerdo con el testimonio de
Pablo, se dio el encuentro
de él con Jesús?
Él narró así ese encuentro:
Yendo yo ya de camino, y
llegando cerca de Damasco,
casi por el mediodía, de
repente me rodeó una gran
luz del cielo. Y caí por
tierra, y oí una voz que me
decía: Saulo, Saulo, ¿por
qué me persigues? Yo
respondí: ¿Quién eres,
Señor? Él me dijo: Yo soy
Jesús Nazareno, a quién tú
persigues. Los que estaban
conmigo vieron, en verdad,
la luz, y se atemorizaron
mucho, pero no oyeron la voz
de aquel que hablaba
conmigo. Entonces dije yo:
¿Señor, qué haré? Y el Señor
me dijo: Levántate, y ve a
Damasco, y allí se te dirá
todo lo que te es
ordenado hacer. Y, como yo
no veía, a causa del
esplendor de aquella luz,
fui llevado por la mano de
los que estaban conmigo, y
llegué a Damasco. (Actos,
22:6 a 22:11.)
4. ¿Quién, según Pablo, lo
ayudó a recobrar la visión?
Fue Ananias, hombre piadoso,
que tenía buen testimonio de
todos los judíos que vivían
en Damasco. Según Pablo,
Ananias lo buscó y,
presentándose, le dijo:
Saulo, hermano, recobra la
vista. Y en aquella misma
hora lo vi. Y él dijo: El
Dios de nuestros padres de
antemano te designó para
que conozcas su voluntad, y
veas aquel Justo y oigas la
voz de su boca. Porque has
de ser su testigo para con
todos los hombres de lo que
has visto y oído. (Actos,
22:11 a 22:16.)
5. ¿Qué fenómeno ocurrió con
Pablo, al volver a
Jerusalén, después de haber
recobrado la visión en
Damasco?
Pablo dijo que, volviendo
para Jerusalén, cuando oraba
en el templo, fue arrebatado
para fuera de sí y vio a
alguien que le dijo: Date
prisa y sal apresuradamente
de Jerusalén; porque no
recibirán tu testimonio
acerca de mí. Pablo le dijo:
Señor, ellos bien saben que
yo lanzaba en la prisión y
azotaba en las sinagogas a
los que creían en ti. Y
cuando la sangre de Esteban,
tu testigo, se derramaba,
también yo estaba presente y
consentía en su muerte, y
guardaba las capas de los
que lo mataban. Él,
entonces, le dije: Ve,
porque he de enviarte a los
gentiles de lejos.
(Actos, 22:17 a 22:21.)