Caminos de
Esperanza
(1993),
Optimismo y
Alegría (1995),
Preguntando y
Aprendiendo
(1996), Perfil
de la Felicidad
(1997), En
Búsqueda de la
Paz (1999),
Mensaje de
Esperanza y Paz
(2003), Usando
Nuestros
Talentos (2007)
y Multiplicando
Nuestros
Talentos (2010). |
¿Usted es
espírita desde
cuándo? ¿Cómo se
aproximó al
Espiritismo?
Soy espírita
desde 1971. Fui
llevado al
Espiritismo por
varios motivos:
algunos reveses
sufridos en la
juventud, sueños
fallidos,
búsqueda de
respuestas,
cuando tuvimos
la felicidad de
contar con la
ayuda de un
primo nuestro,
João Cuim, que
reside en
Uberaba-
MG, informando
que el
Espiritismo
respondería a
nuestras dudas.
Encontrando en
el Espiritismo
muchos
esclarecimientos,
luego buscamos
por el Centro
Espírita
Humberto de
Campos, eso en
1972. Comenzamos
por la Juventud
y en él estamos
hasta hoy.
Su producción
literaria es muy
rica y
confortadora.
¿Cómo surgen los
textos?
Buscamos
escribir sobre
las cosas de lo
cotidiano. Las
lecciones de
Jesucristo son
simples pero,
claro, difíciles
de ejemplificar.
Así, buscamos
colocar en el
papel aquello
que es posible
de hacer.
Partimos del
principio de que
Jesús no espera
nuestra
santidad, ni la
manifestación de
sentimientos
sublimados, que
aún no
conseguimos
exponer, sino
aguarda por lo
menos nuestro
esfuerzo,
nuestra buena
voluntad,
nuestra
perseverancia y
determinación en
la tarea de
construir
nuestro progreso
espiritual.
¿Esa motivación
para escribir
tiene un motivo
en especial?
La motivación es
saber que
podemos vivir en
la Tierra, aún
con inmensas
dificultades,
las valiosas y
oportunas
enseñanzas de
Jesús. No
estaríamos aquí
reencarnados si
no fuera posible
extraer de las
experiencias
diarias los
elementos de
sustentación y
crecimiento
espiritual. En
realidad, Jesús
es nuestra
motivación.
¿El camino para
el primer libro
fue difícil? ¿Y
las
repercusiones
posteriores,
inclusive con la
publicación de
nuevos títulos?
El inicio
siempre es muy
complicado.
Comenzamos
escribiendo
artículos para
los periódicos
de Votuporanga.
Después surgió
la idea de hacer
un libro con los
textos más bien
alineados. En
esa altura
contamos con el
entusiasmo de un
amigo, Júlio
Venâncio Junior,
que, en la
época, creyó en
nuestra
propuesta. Él
hizo el libro
"Caminos de
Esperanza" y,
para nuestra
sorpresa, el
libro llegó a
casi diez mil
ejemplares
vendidos, eso,
obviamente, con
el apoyo que
recibimos de
varios clubes de
libro espírita.
Posteriormente
la Editora EME
de Capivari-SP
pasó a publicar
nuestros libros.
¿En su opinión,
cuál es el
aspecto más
importante de la
Doctrina
Espírita?
A buen seguro,
en nuestra
opinión son dos
los aspectos
importantes de
la Doctrina
Espírita: el
esclarecimiento,
que nos permite
conocer la
verdad, para que
podamos
encontrar la
libertad, y el
consuelo, capaz
de asegurarnos
la fuerza que
nos garantiza
seguir por los
caminos de la
vida sin temor.
Saber y
comprender, he
ahí la base de
la prosperidad.
¿Cómo siente la
integración de
los jóvenes con
el pensamiento
espírita?
El niño, el
adolescente y el
joven reflejan
aquello que el
adulto les
informa, enseña
y ejemplifica.
Tenemos, sí,
muchos problemas
con nuestros
“pequeños” y eso
es consecuencia
de la omisión
familiar. Los
valores de la
familia, en
regla general,
se prenden al
tener
y al ser. Pocos
se preocupan en
evangelizar a
sus hijos,
espiritualizándolos.
De ahí,
obviamente, el
poco interés de
parte de los
jóvenes por los
valores
espirituales,
que son eternos,
mientras
prefieren, por
la falta de
estructura y de
informaciones,
los caminos
anchos de la
indiferencia y
del descaso, que
han
proporcionado a
ellos ríos de
lágrimas y
montañas de
dolor. Cuando la
familia espírita
realmente se
interese por los
valores reales
de la vida, toda
ella estará en
el Centro
Espírita;
entonces el
joven tendrá
referencias para
seguir y
ejemplos en que
apoyarse.
Los textos de
auto-ayuda y
motivación son
de gran
importancia los
días actuales.
¿Cómo siente el
público en sus
conferencias
delante de tales
abordajes?
Nosotros, seres
humanos, tenemos
inmensas
dificultades en
asimilar y
promover cambios
en nuestros
hábitos.
Percibimos, en
nuestras
conferencias o
cuando alguien
afirma haber
leído nuestro
libro, que el
abordaje del
momento promueve
en la criatura
alguna
modificación,
sino,
pasando algún
tiempo, notamos
que poco fue
alterado. Pero
no importa el
resultado ahora,
importa sí
proseguir en la
tarea de
intentar ayudar
a construir un
mundo mejor,
contando,
obviamente, con
la ayuda de los
Benefactores
Espirituales.
Jesucristo hace
dos mil
años nos legó el
mayor tratado de
motivación y
auto-ayuda que
el mundo ya vio:
“El Evangelio”,
y hasta hoy nos
debatimos entre
aceptarlo o
ignorarlo. Lo
importante es
seguir siempre
para que el
tiempo haga su
trabajo.
¿Algo más que
quiera añadir?
Que tomemos
mucho cuidado
con lo que
estamos haciendo
con los
“talentos” que
nos fueron
confiados. Hay
mucha gente
enterrando
oportunidades de
progreso
espiritual todos
los días. En el
mundo, los
atractivos e
invitaciones
para el
distanciamiento
de los
compromisos de
orden
espiritual nunca
fueron tan
abundantes.
Tenemos tiempo
para hacer un
montón de cosas
para el cuerpo,
pero no
encontramos el
mismo tiempo
para cuidar del
Espíritu.
Actuando así,
vamos
amontonando a
nuestro
alrededor pilas
de dolor y
océanos de
angustias y
aflicciones, que
dan origen a las
dolencias de
orden mental,
psicológicas,
depresivas y
muchos más. O
vivimos a Jesús
o entonces, no
conseguimos
vivir.
Sus palabras
finales.
Que en momento
alguno olvidemos
que la vida
siempre va a
devolvernos
aquello que a
ella damos. Así,
hasta por una
cuestión de buen
sentido e
inteligencia,
necesitamos
hacer el bien,
vivir en el
bien, pensar
sólo en el bien.
|