Cairbar y la
necesidad
del
estudio
Las obras de
autoría de
Cairbar Schutel,
que desencarnó
en Enero de
1938, ya
pertenecen,
desde Enero de
2009, al dominio
público y
pueden, por lo
tanto, en los
términos del
art. 41 de la
ley n. 9.610, de
19/2/1998, ser
publicadas por
cualquier
editora que se
disponga a esa
tarea.
Los libros de
Cairbar son, sin
excepción,
importantes y
merecen una
mayor atención
de parte de
todos nosotros
que militamos en
la prensa o en
las casas
espiritas.
Schutel no se
destacó apenas
por su
dedicación al
bien o a la
divulgación de
la doctrina
espirita. Su
aprecio por el
estudio del
Espiritismo
resalta de
varias de sus
obras, como, por
ejemplo, podemos
ver en el libro
“Médium y
Mediumnidad”, de
donde extraemos
cinco puntos que
interesan muy
cerca de todas
las personas que
se dedican a la
mediumnidad.
Aquí los tenéis:
Influencia del
medio acerca de
la reunión
mediumnica
– Nos recuerda
Cairbar, en la
obra mencionada,
que las
comunicaciones
con los
Espíritus exigen
mucho recato,
mucho respeto,
mucha civilidad
y mucho
recogimiento.
(Médium y
Mediumnidad,
pp.73 y 74.)
El medio ejerce
acción
considerable
para el buen
éxito de las
sesiones y hasta
Jesús tenía
especial cuidado
con eso.
En el conocido
episodio del
monte Tabor, el
Maestro se hizo
acompañar de
tres apóstoles
solamente. En
Betsaida (Marcos
(8:22), condujo
el ciego afuera
del pueblo antes
de curarlo.
Hecho idéntico
ocurrió con el
hombre sordo y
tartamudo, que
Jesús sacó de la
muchedumbre y lo
atendió
separadamente
(Marcos, 7:32),
y con la hija de
Jairo (Mateos,
9:18), a quien
Él la curó
dentro de una
habitación
aislada de la
curiosidad
ajena.
Invocación a la
privacidad de
las sesiones
mediumnicas –
las sesiones
prácticas deben
ser privadas,
con número
reducido de
participantes
convencionales y
asiduos, porque
personas
desconocidas o
sin asiduidad
perjudican el
resultado de los
trabajos. (Obra
citada, pp. 53 y
72.)
No se concibe,
pues, la
realización de
sesiones
mediumnicas
públicas, con
las puertas
abiertas, sin
circunspección y
criterio
exigidos para la
práctica
mediumnica, algo
que todavía se
ve en muchas
Casas Espiritas,
sin ningún
motivo que lo
pueda
justificar.
Lo que compete a
los médium
observar –
Primeramente –
enseñaba Cairbar
– los médium
deben estudiar,
porque el
estudio
preparatorio de
los que se
dedican a
sesiones
mediumnicas es
indispensable al
ejercicio de la
mediumnidad.
(Obra citada,
pp.75 y 76.)
Los médium
necesitan
tener, aún,
mucha
persistencia,
mucha paciencia,
mucha
perseverancia en
las reuniones y
en los estudios,
para mejor
relacionarse con
el mundo
invisible.
Orientación a
los
doctrinadores y
esclarecedores –
Anticipándose al
que modernamente
se sabe sobre el
asunto, Cairbar
recomendaba ya
en su época, en
atender a los
comunicantes que
ya
desencarnaron:
“Conviene dejar
el Espíritu
comunicante
hablar”. (Obra
citada, p.53.)
Él sabía,
entonces, que la
llamada
doctrinaria o
esclarecimiento
de los Espíritus
equivale, en el
plan material,
atendiendo de
manera
fraternal, en lo
cual el que
atiende más oye
que habla,
posibilitando
así al hermano
necesitado dar
amplio desahogo
a los
sentimientos
muchas veces
represados por
las condiciones
del ambiente
donde vive.
Condiciones del
ambiente de las
sesiones
mediumnicas –
Las sesiones
mediumnicas –
recomienda
Cairbar –
requieren un
ambiente de poca
oscuridad o
iluminado con
lámpara roja de
luz débil.
Obra citada, p.
51.)
Él hacía, así,
una
recomendación
que André Luiz
iría hacer
varias décadas
más tarde, en su
libro “Desobsesión”,
psicografiado en
1964.
*
La preocupación
con el estudio y
la investigación
no se limitó,
todavía, a la
obra mencionada,
porque sería de
nuevo enfatizada
en uno de sus
libros más
importantes –
“La vida en el
otro Mundo”, en
que Cairbar nos
presenta, en la
parte final,
este importante
y actualísimo
mensaje:
“La tumba no es
el punto final
de la
existencia.
Nuestro destino
es grandioso.
¡Existen mundos
de luz, donde
reina la verdad;
mundos que serán
nuestras futuras
moradas!
Así como el
progreso
caracteriza
perfectamente la
evolución
gradual de
nuestro planeta,
que será un día
paraíso
terrenal, así
también esa Ley
inflexible, que
rige los mundos
que se mueven en
el Éter, nos
prepara
viviendas
felices,
dispersas en la
Casa de Dios,
que es el Cosmos
Infinito.
¡Tengamos fe y
estudiemos!
¿Ignoramos?
¡Progresamos!
Porque del
estudio y de la
investigación
viene la verdad
que esclarece la
inteligencia, y,
de esta, la
evolución
espiritual, que
nos eleva a las
alturas, para
que comprendamos
las cosas del
Espíritu, cosas
que Dios reserva
para todos los
que buscan
crecer en Su
conocimiento y
en Su gracia.
Que las luces de
la caridad, que
vamos
conquistando,
ilumine toda
Ciencia, toda
Religión, toda
Filosofía, para
que podamos, con
justos títulos,
observar las
magnificencias
del Universo y
nos
certifiquemos de
la inmortalidad
y de la
Eternidad de la
vida.” (“La vida
en el otro
Mundo”, pág.
126.)
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