Generalmente
sigo un tema por
año. Esto tiene
que ver con mis
experiencias
personales,
necesidad de
lectura y
aprendizaje de
la Doctrina
Espírita. Por
ejemplo, en
2007, durante
las
conmemoraciones
de los 150 años
de El Libro
de los Espíritus,
organicé una
serie de
conferencias
sobre las Leyes
Morales. Y
durante el año
fui analizando,
mes a mes, en
las conferencias
de la casa a la
que estoy
afiliada, cada
una de las
leyes. Pero
también ocurre
estar con tema
listo y surgir,
el día de la
conferencia, una
intuición para
otro tema. Esto
ocurrió en enero
de este año. Yo
iba a
hablar sobre el
tema del evento
espírita de
nuestro estado,
pero delante de
las lluvias que
se abatieron
sobre Rio de
Janeiro, cambié
el tema y hablé
sobre Los
flagelos
destructores,
y tuve la
oportunidad de
estudiar el tema
y de tener la
convivencia con
una presencia
espiritual muy
sensible.
¿Qué temas en
especial ha
ocupado su
atención para la
elaboración de
las
presentaciones?
De modo general,
he estudiado el
evangelio, tanto
en su
presentación
sinóptica como
en la versión
según el
Espiritismo.
También tengo
cierta
predilección por
El Libro de
los Espíritus.
Este año, mi
atención va a
volverse para
El Libro del
Médiums, en
función de los
150 años de su
publicación.
¿Cómo evalúa
usted la
contribución
espírita en el
momento actual
de la humanidad?
De suma
importancia. Sin
el Espiritismo
no podemos
comprender la
complejidad del
momento
histórico en que
vivimos. Como
profesora de
Metodología de
la
Investigación,
veo que el
Espiritismo
inauguró un
paradigma de
Ciencia
Espiritualizada
y de
consecuencias
éticas
aún no abarcadas
por la Ciencia
Oficial. Y como
religión
inauguró un
modelo que nos
lleva a una
comprensión
profunda de
quién somos y
cuál nuestra
conexión con
Dios. Esos ejes
son
fundamentales
para comprender
el momento de
transformaciones
morales y
geológicas por
el que pasamos.
En los viajes
para la
divulgación
espírita, ¿cómo
ha sentido usted
el movimiento
espírita?
No he viajado
mucho, porque
tengo una vida
profesional aún
intensa, pero
los lugares a
donde he ido me
han permitido
percibir
particularidades
locales,
aliadas, sin
embargo, a un
profundo
sentimiento de
identidad y de
pertenecer a una
filosofía mayor.
Eso es
muy bueno. Hay,
evidentemente,
locales con
mayor
integración
entre los
grupos, otros
aún muy
vinculados a un
determinado
médium, otros
con vigoroso
trabajo social.
¿Cómo ha sido la
receptividad de
las personas en
cuanto a los
temas
presentados?
Los amigos
espíritas han
sido muy
caritativos y me
han recibido muy
bien. Vivimos un
momento especial
de amplia
penetración del
mensaje espírita
en la sociedad.
La receptividad
no podría ser
diferente porque
las evidencias
de las tesis
espíritas están
por todos los
lugares.
Entonces, las
personas están
ávidas para oír
hablar sobre
ellas.
¿Cuál es su
percepción del
amparo de los
Espíritus a
favor de la
divulgación
espírita?
Total. Hemos
vencido
dificultades
antes
inimaginables.
Eso es resultado
del amparo de
los buenos
Espíritus, que
ciertamente
prepararon un
plan muy bien
elaborado para
que el mensaje
del Consolador
llegara a un
número cada vez
mayor de
personas. Podría
ejemplificar con
la realización
del 38º MIEP
(Movimiento de
Integración del
Espírita
Paraibano),
ocurrido este
año. Durante la
realización de
ese evento, cuyo
tema fue Jesús
en el Hogar,
amor en familia,
organizamos
divulgación en
la prensa y en
las casas
espíritas, y
naturalmente
surgieron
oportunidades
para 5 horas de
programa
radiofónico, en
una radio
regional, y
transmisión por
la TV CEI. No
habíamos pensado
en esos dos
frentes, pero
ellos surgieron,
ciertamente,
como parte de
ese plan mayor.
Y no los dejamos
pasar. En el
fin,
hablamos no sólo
para quien
estuvo en el
local, sino para
quien nos oyó en
la radio y nos
acompañó por
internet. ¡Fue
fantástico!
¿Usted considera
que nuestras
instituciones
espíritas se han
preparado bien
para ese avance
de la idea
espírita?
No podemos
generalizar,
pero parte de
nuestras
instituciones,
que viene de una
historia de
dificultades,
con pocos
colaboradores o
vinculadas al
trabajo social,
en la versión
asistencia, aún
está sin
conseguir
entender esa
avalancha de
personas que
llega
a la casa
espírita y no
necesita de
asistencia
material y sí de
asistencia
espiritual. Esas
casas están en
dificultades,
pero creo que
están
ajustándose.
Otra parte de
las
instituciones,
si no se había
preparado, por
lo menos, está
aprovechando el
momento y
ampliando sus
trabajos.
Nuestra casa es
prueba de eso.
La sede propia
fue inaugurada
en 2008. Nuestro
público era de
80 personas por
reunión. Hoy, 3
años después,
nuestro público
es de 200
personas por
reunión. Hace
días que llega a
300 personas.
Aún así, no
tenemos
colaboradores en
la cantidad
necesaria,
porque el nuevo
público aún va a
tardar en
vincularse en
definitiva y
actuar como
colaborador de
la tarea
espírita.
¿Qué más le
llama la
atención en el
contenido
doctrinario del
Espiritismo?
Su perenne
carácter de
actualidad. Leo
los hechos
actuales y
encuentro
explicación en
el Espiritismo.
Estudio hechos
de la historia
de la Humanidad
y encuentro
explicación en
el Espiritismo.
No hay frontera
no explicada, ni
asunto que no
sea posible de
estudiar.
Eso me encanta.
¿Algo más que le
gustaría de
añadir?
Me gustaría
decir que la
amplia
aceptación de
las tesis
espíritas, hoy,
se da tanto por
las tesis en sí,
que son sólidas
lo suficiente
para convencer
aún a los más
reticentes, pero
también por el
carácter noble y
recto de los
hombres y
mujeres de bien
que nos
antecedieron. El
movimiento
espírita
brasileño goza
de aprecio
público gracias
a ellos. Nuestra
principal
responsabilidad,
creo, está en
imitarlos,
atendiendo a la
recomendación de
Kardec: “Se
conoce al
verdadero
espírita por su
transformación
moral y por el
esfuerzo que
hace en domar
sus malas
inclinaciones”.
Sus palabras
finales.
Agradezco
sinceramente
este espacio,
pues exponer mis
ideas para el
público de este
periódico fue,
para mí, un
importante
momento de
reflexión.
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