tema principal
de la presente
entrevista. |
¿Cuándo fue
fundada la AJE?
La AJE –
Asociación
Jurídico-Espírita
del Estado de
São Paulo - fue
fundada en marzo
de 2008, en la
sede de la USE,
en la Capital
del Estado.
Entidad sin
fines
lucrativos,
congrega
abogados,
jueces,
fiscales,
procuradores,
delegados de
policía,
defensores
públicos,
servidores de la
Justicia y de
los órganos
policiales,
profesores y
académicos de
Derecho,
finalmente,
personas que,
directa o
indirectamente,
trabajan en el
área jurídica y
que se disponen
a debatir, a la
luz de la
doctrina
espírita (y, por
lo tanto, a la
luz de la
doctrina
cristiana),
cuestiones que
atraviesan las
lideres
forenses.
¿Cuál es la
finalidad de la
Asociación?
Divulgar la
doctrina
espírita y
contribuir para
el
perfeccionamiento
moral y
espiritual de
los operadores
del Derecho
espírita y
demasiado
interesados,
auxiliándolos en
el progreso
individual. Con
eso, también
busca promover
la paz y la
espiritualización
de los medios
forenses,
comúnmente
marcados por el
materialismo
y por la
hostilidad. Pero
también se
propone a
contribuir para
el
perfeccionamiento
de la
legislación, a
prestar asesoría
jurídica
preventiva y
consultora a las
casas e
instituciones
espíritas,
posicionándose,
públicamente y
con base en la
doctrina
espírita, acerca
de temas y
hechos sociales
y jurídicamente
relevantes etc.
¿Cómo la AJE
surgió? ¿Ella
está presente en
todo el país?
Inspirada por la
Asociación
Médico-Espírita
(AME), la AJE-SP
nació de la
iniciativa de un
grupo de
aproximadamente
50 personas
conectadas al
Derecho. Fue
precedida por
las AJE-RS y
AJE-ES. Hoy
existen
instituciones
semejantes en
varios otros
Estados. La
AJE-SP promovió,
en 2010, su
primer CONJURESP
-
Congreso
Jurídico-Espírita,
en Ribeirão
Negro-SP. El
tema central
escogido fue
“Ética, Justicia
y Espiritismo”.
En la
oportunidad, fue
lanzada la obra
“Derecho y
Espiritismo” y
creada la
AJE-Brasil que
tiene entre sus
objetivos
fomentar y dar
soporte para la
creación de
nuevas AJEs en
otras unidades
de la federación
o regiones.
En el caso
paulista,
¿cuántos son los
asociados?
La AJE paulista
cuenta hoy con
aproximadamente
220 asociados.
Está
estructurada en
ocho núcleos
regionales en
las ciudades de
Araraquara,
Campinas,
Franca, Osasco,
Ribeirão Preto,
Sâo José dos
Campos, Sâo José
do Rio Petro y
Sorocaba. Todos
los núcleos son
muy activos y el
mantenimiento
material de esa
estructura se
da, básicamente,
a través de las
anualidades de
los asociados,
donaciones,
ventas de libros
y de DVDs.
¿Cómo la AJE Sâo
Paulo ha
actuado?
La AJE-SP
promueve
encuentros en la
Capital y en
diversas
ciudades del
interior
paulista,
siempre
proponiendo
debates que
mezclan temas
jurídicos,
éticos,
filosóficos y
religiosos. Por
ejemplo: uno de
los encuentros
sirvió para
abordar el tema
“¿Es posible
ejercer
autoridad con
humildad?” A La
brillante
conferencia
proferida por
un Juez de
Derecho, se
siguió un
interesante
debate, con
amplia
participación de
los presentes.
Los ponentes
son, casi
siempre,
profesionales
del Derecho.
Gente que asume
gastos
personales para
desplazarse por
el Estado por
amor a esa
causa. Los
encuentros son
siempre abiertos
y gratuitos.
Algunos son
grabados en DVD,
lo que permite
la reproducción
en otros Núcleos
y la venta a los
interesados, en
el sitio de la
AJE en
internet (www.ajesaopaulo.com.br).
¿Esos núcleos
trabajan sólo
con la
organización de
encuentros?
Los Núcleos
trabajan de dos
formas:
organizan
eventos
semestrales,
volcados para
toda la
comunidad. A
través de
conferencias y
seminarios,
todos los
operadores del
Derecho y
miembros de la
comunidad son
invitados a
reflejar sobre
un tema
propuesto.
Además de eso,
los Núcleos
poseen grupos de
estudios con
reuniones
mensuales o
quincenales. En
ellos hay el
estudio
sistemático de
obras
jurídico-espíritas,
inclusive
aquellas
producidas por
la propia
Asociación. En
Araraquara, por
ejemplo, el
grupo de
estudios se
ocupó, en el
último semestre,
del análisis de
las obras “La
filosofía penal
de los
espíritas”
(Fernando Ortiz)
y “Derecho y
Espiritismo”
(varios autores
– publicación
AJE-SP). La AJE,
a través de sus
órganos
directivos,
también organiza
estudios,
cursos,
simposios,
seminarios,
conferencias,
congresos,
publicaciones,
reportajes,
encuentros de
dirigentes de
varios Estados,
firma asociadas
etc. Para 2012
ya está siendo
organizado el II
Congreso
Jurídico-Espírita,
lo cual deberá
ocurrir en
Campinas-SP, en
el mes de junio.
¿Cómo profesor
en el área del
Derecho y fiscal
de justicia, de
que forma
analiza la
vinculación del
Derecho con la
grandeza de la
doctrina
espírita?
El Espiritismo
enseña a ver las
cosas más allá
de sus
apariencias y
comprender la
razón más
profunda de los
acontecimientos
de la vida. El
Derecho, como
ciencia social,
trabaja con esos
mismos hechos.
La AJE alerta
para la
necesidad de
percibirse
además de la
Constitución, de
los códigos y de
las leyes. En
las lides
forenses existen
razones mayores,
aparentemente
invisibles, que
deben ser
reveladas por la
reflexión de sus
operadores. Los
conflictos que
llegan a la
Justicia no
pueden ser
encarados como
hechos
ocasionales,
accidentes
sociales, meros
desajustes. Aún
el encuentro de
personas,
partes,
abogados,
jueces,
fiscales,
defensores etc.,
dentro de un
mismo proceso,
no debe ser
atribuido al
acaso. El
proceso revela
mucho más de
aquello que está
en el papel, y
del operador del
Derecho,
espiritualizado,
se exige la
argucia para
captar esas
realidades y
esgrimir
soluciones más
armónica con la
ley que a todo
rige: la ley de
Dios.
Actualmente, con
tantos
profesionales
del área
jurídica adeptos
del Espiritismo,
¿considera que
eso ha traído
alteraciones y
beneficios en el
cumplimiento de
la Ley?
Trabajar con
profesionales
dotados de las
referencias
doctrinarias del
Espiritismo es
un avance, en
cualquier área
del conocimiento
humano. El
jurista espírita
no limita su
visión y sus
propósitos al
cuadrado
materialista y
minimalista del
proceso.
Consigue
vislumbrar sus
causas más
profundas
y, con eso,
luchar por
desenlaces más
justos. Quién
tiene conciencia
de que sus
responsabilidades
superan las
fronteras del
contrato, de los
honorarios y de
los subsidios
pagados por el
Estado, actúa
impulsado por
valores que son
verdaderos. Se
rechaza a
acompañar con
causas injustas
y afecta su
actividad
profesional para
otros tesoros:
aquellos a que
se refería
Jesús. Hoy es
posible sentir
un cambio
saludable en el
área del
Derecho. La
propia AJE es
una señal
inequívoca de
ese cambio. Aún
es una semilla,
un primer rayo
de sol lanzado
en un escenario
lúgubre y
habitualmente
ajeno a los
factores
espirituales
que cercan las
criaturas. Pero
nosotros,
cristianos
espíritas,
tenemos
conciencia de
que somos una
pequeña porción,
como la “sal” o
lo “levadura”,
sin embargo, con
enorme poder de
transformación a
que no podemos,
inconsecuentemente,
renunciar.
La evolución de
la mentalidad
humana, con
adopción
creciente de la
fraternidad y
del respeto a la
diferencias, ¿se
ha reflejado en
la siembra del
Derecho?
La ley del
progreso parece
clara en esos
campos. Vivimos
una sociedad más
abierta y
solidaria, cada
vez más
consciente de
que debe luchar
por ideales de
igualdad. Ese
mismo avance es
posible entrever
en la
legislación
humana y en las
decisiones
judiciales.
Valores como la
solidaridad, la
fraternidad, la
afectividad,
que en otras
épocas podrían
ser encaradas
sólo como
parcelas de un
humanismo
filosófico o
religioso,
llegan a la
Justicia. Basta
examinar la
dimensión
protectora de
los derechos
sociales, del
Estatuto del
Niño y del
Adolescente, del
Estatuto del
Anciano, de las
leyes
providenciarías,
de las recientes
decisiones en el
ámbito del
Derecho de
Familia para
apreciarse que
una revolución
silenciosa y
básica está
procesándose.
Voy a
ejemplificar: en
una reciente
decisión del
Superior
Tribunal de
Justicia, en
proceso donde el
padre biológico
y legal
reivindicaba,
contra el padre
afectivo, la
guarda de un
niño, acabó por
prevalecer la
superioridad de
los lazos de la
paternidad
afectiva. El
primero era el
padre indicado
en la
certificación de
nacimiento; el
segundo era la
persona que
había cuidado
del niño por
varios años y
quienes ella, de
hecho, reconocía
como padre. En
otras épocas,
nadie osaría
decir que el
padre biológico
y documental no
podría hacer
prevalecer su
derecho que
transcurre de la
certificación
pública y de la
genética. Hoy la
afectividad
despunta, con
reconocimiento
formal de la
Justicia, como
valor que está
por encima de
todo eso.
En los recientes
eventos
promovidos por
la AJE,
inclusive con
suministro de
certificado de
participación,
¿cuáles son las
repercusiones
sentidas?
El Núcleo de
Araraquara, que
está bajo mi
coordinación,
tuvo una
experiencia
gratificante en
estos tres
últimos
semestres. Con
el apoyo de la
universidad
donde doy
lecciones (cuya
dirección tuvo
sensibilidad
para incautar
los propósitos
de la AJE,
distantes de un
mero
proselitismo
religioso),
cuatro eventos
públicos
atrajeron, de
media,
doscientas
personas, de
diversos credos
religiosos. Los
números son
significativos,
sobre todo
porque las
conferencias y
seminarios
fueron
realizados en
sábados por la
mañana. El
público
principal,
formado por
alumnos del
Curso de
Derecho, fue
fuertemente
sensibilizado
por la calidad
de las
reflexiones propuestas.
Los temas
envolvieron
cuestiones de
familia, la
ética del
abogado, los
horizontes
contemporáneos
de la filosofía
del derecho y el
prejuicio
racial. El
acompañamiento
atento y las
indagaciones que
se siguieron
evidenciaron que
las semillas
fueron lanzadas
en suelo fértil.
Los ambientes
son penetrados
de asistencia
espiritual
afinada con los
propósitos de la
asociación y el
público no
podría ser más
adecuado. El
flujo de los
académicos de
Derecho indica
que estamos en
el camino
correcto de una
actuación
preventiva y de
formación de los
futuros
profesionales.
Más que luchar
por la reforma
de las
estructuras
existentes, es
preciso cambiar
mentalidades e
paradigmas de
los futuros
profesionales
del Derecho.
¿Algo más que
añadir?
Los Núcleos son
abiertos a todos
los interesados,
inclusive a
aquellos que no
son conectados
al área jurídica
o no son
espíritas. El
site de campo de
la AJE en
internet
(www.ajesaopaulo.con.br)
suministra
direcciones
electrónicas
para contacto.
No hay ningún
coste para la
participación en
los núcleos, en
los eventos o
para la
obtención
de certificados
expedidos en
cada encuentro.
El Núcleo de
Araraquara tiene
reuniones
mensuales, el
último sábado de
cada mes, en el
edificio
principal de la
Uniara – Centro
Universitario de
Araraquara.
Además del
cambio de
experiencias
personales, se
dedica,
actualmente, al
estudio de la
obra básica “El
cielo y el
infierno”, de
Allan, cuyo
objeto es la más
perfecta de las
justicias: la
divina.
Quiero concluir
recordando las
palabras de
Humberto de
Campos (Crónicas
del Más Allá,
psicografia de
Chico Xavier):
“en los mundos y
en los espacios
hay una figura
de Argos
observando todas
las cosas. En su
tribunal del
derecho
incorruptible,
la Têmis divina
arquitecta la
trama de los
destinos de
todas las
criaturas.
Y sólo en esa
justicia puede
el hombre
guardar su
esperanza,
porque el
derecho humano,
casi siempre es
hijo de la
supremacía de la
fuerza, es a
veces fallo de
verdad y
sabiduría”.
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