Doctrina
espirita y
movimiento
espirita son
cosas distintas
Es importante
que recordemos
siempre a los
que nos leen que
es clara la
distinción entre
doctrina
espirita y
movimiento
espirita. La
primera
comprende los
principios y el
cuerpo
doctrinario del
Espiritismo,
cuya
codificación
debemos a Allan
Kardec.
Movimiento
espirita es
resultado de la
conjugación de
los esfuerzos de
los adeptos del
Espiritismo con
el objetivo de
su propagación y
consecuente
aplicación.
La doctrina
espirita está
consustanciada
en las obras
fundamentales
del Espiritismo,
sobre todo en el
llamado
Pentateuco
Kardequiano. El
movimiento
espirita se
expresa en las
actividades de
todos los que –
aquí, allí y más
allá – divulgan,
propagan y
buscan poner en
práctica la
doctrina
espirita.
Nos referimos a
este asunto
porque no toca
al Espiritismo
contestar por
equívocos
cometidos por
aquellos que
tienen bajo su
responsabilidad
la conducción
del movimiento
espirita, quiera
en el ámbito
federal,
estadual o
regional.
A veces ocurren,
dentro de las
instituciones
que coordinan el
movimiento
espirita,
situaciones o
problemas que no
tienen ningún
respaldo en lo
que la doctrina
espirita enseña
o aconseja.
Además, ese
entendimiento es
aplicable a las
diferentes
instituciones
que conocemos.
Nadie culpará la
Medicina por la
mala conducta de
un médico
negligente, o el
Derecho, por la
acción
delictuosa de un
abogado.
Hay, aún, en
determinadas
localidades,
sociedades o
grupos espiritas
que hacen
cuestión de
aislarse y en
nada contribuyen
para que el
trabajo del
movimiento
espirita en su
ciudad logre
éxito, como si
hubiera, en eses
casos, una
disputa para ver
quien es más
competente, un
hecho
incomprensible
en tratándose de
movimiento
espirita.
Si, a veces,
determinada
institución
enfrenta
dificultades,
sea de orden
financiera,
administrativa o
doctrinaria, es
un hecho fuera
de lo común que
ella reciba
ayuda de sus
hermandades,
aunque se
localicen en la
misma ciudad. Y
no estamos
hablando del
antagonismo que
muchas veces
colocan en
posiciones
divergentes esas
mismas
instituciones.
Allan Kardec
dice,
oportunamente,
que uno de los
mayores
obstáculos a la
expansión del
movimiento
espirita sería
“la falta de
unidad”. Debido
a eso, él nos
recomendó de
manera expresa:
“Todos deben
concurrir,
aunque por vías
diferentes, para
el objetivo
común, que es la
investigación y
la propaganda de
la verdad. Los
antagonismos,
que no son más
que el efecto
del orgullo
sobrexcitado,
sólo podrán
perjudicar la
causa, que unos
y otros
pretenden
defender”.
(El Libro de los
Médium, ítem
348.)
Con ese
objetivo, el
Codificador
destacó la
importancia de
la
confraternización
y de los
contactos
frecuentes entre
las diferentes
sociedades o
grupos
espiritas, como
un factor
relevante para
el
fortalecimiento
general. “Esos
grupos,
correspondiéndose
entre sí,
visitándose,
permutando
observaciones,
pueden, desde
ahora, formar el
núcleo de la
gran familia
espirita, que un
día asociará
todas las
opiniones y
unirá los
hombres por un
único
sentimiento: lo
de la
fraternidad,
trayendo el cuño
de la caridad
cristiana.”
(L.M., ítem
334.)
Se ve, así, que
el dinamismo del
movimiento
espirita no
adviene tan
solamente de la
divulgación
doctrinaria por
medio de los
libros y de las
publicaciones de
la prensa
espirita, pero
es fruto,
igualmente, de
los encuentros
fraternos, de
los congresos,
de los eventos
vueltos a los
niños, jóvenes y
adultos, los
cuales nos toca
apoyar siempre,
en atención a
las directrices
propuestas por
Kardec, a que
nos referimos.
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