Termina
en esta edición el
estudio metódico de “El
Libro de los Médiums”,
de Allan Kardec, la
segunda de las obras que
componen el Pentateuco
Kardeciano, cuya primera
edición fue publicada en
1861. Las respuestas a
las preguntas sugeridas
para debatir se
encuentran al final del
texto.
Preguntas para debatir
A. ¿Cuál
es la tarea principal de
los Espíritus en
relación a los hombres?
B. ¿Qué
es lo que, según
Rousseau, el
Espiritualismo
resucitado por el
Espiritismo puede dar a
la sociedad?
C. ¿Cuál
es el camino en el cual
Kardec trabajaba en
hacer entrar al
Espiritismo?
D. ¿Cómo
el Espiritismo podrá
traer, como se ha
anunciado, la
transformación de la
Humanidad?
Texto para la lectura
403.
¿Estáis seguros
realmente de lo que debe
ser una reunión
espírita? No, porque en
vuestro celo creéis que
lo mejor es reunir el
mayor número posible de
personas a fin de
convencerlas.
Desengañaos. Cuantos
menos fuerais, tanto más
obtendréis.
Sobre todo, es por el
ascendente moral que
ejerceréis, que
atraeréis a los
incrédulos, mucho más
que por los fenómenos
que obtuviereis. Estáis
convencidos de que el
Espiritismo conducirá a
una reforma moral. Sea,
pues, vuestro grupo el
primero en dar ejemplo
de las virtudes
cristianas, puesto que
en esta época de
egoísmo, es en las
sociedades espíritas
donde la verdadera
caridad debe encontrar
refugio.
(Cap. XXXI, ítem XXI,
Fénelon)
404. El
verdadero Espiritismo
tiene por divisa
benevolencia y caridad.
No admite ninguna
rivalidad, a no ser la
del bien que todos
pueden hacer. Todos los
grupos que inscriban esa
divisa en sus
estandartes tenderán las
manos unos a otros, como
buenos vecinos, que no
son menos amigos por el
hecho de no habitar en
la misma casa. (Cap.
XXXI,
ítem
XXII, Fénelon)
405. El
silencio y el
recogimiento son
condiciones esenciales
para todas las
comunicaciones serias.
Nunca lograréis que
cumplan esa condición
los que sólo sean
conducidos a vuestras
reuniones por la
curiosidad. Convidad,
pues, a los curiosos a
buscar otros lugares,
porque su distracción
sería una causa de
perturbación. (Cap.
XXXI, ítem XXIII, San
Luis)
406. Es
excelente el trabajo de
examen de las
comunicaciones. Nunca
será demasiado
profundizar las
preguntas y,
principalmente las
respuestas. El error es
fácil, aun para los
Espíritus animados de
las mejores intenciones.
Todo hace que tengáis el
deber de dispensar sólo
una limitada confianza a
lo que obtuviereis,
subordinándolo siempre
al examen, aun cuando se
trate de las más
auténticas
comunicaciones. (Cap.
XXXI,
ítem XXIV, Jorge)
407.
¿Suponéis que venimos en
busca de vuestros
aplausos? Desengañaos.
Nuestro
objetivo es haceros
mejores. Ahora bien,
cuando verificamos que
nuestras palabras no
producen ningún fruto,
que de vuestra parte
todo se resume en una
estéril aprobación,
vamos a buscar almas más
dóciles. Cedemos
entonces el lugar a los
Espíritus que sólo
quieren hablar, y esos
no faltan. Si, por lo
tanto, sois engañados
con tanta frecuencia,
quejaos tan sólo de
vosotros mismos. Para
nosotros el hombre serio
no es aquél que se
abstiene de reír, sino
aquél cuyo corazón es
conmovido por nuestras
palabras, que las medita
y saca provecho de
ellas. (Cap. XXXI,
ítem
XXV, Massillon)
408. El
Espiritismo deberá ser
un escudo contra el
espíritu de la discordia
y la disensión; pero en
todos los tiempos, ese
espíritu ha venido
blandiendo su antorcha
sobre los humanos.
¡Espíritas! Bien puede
él penetrar en vuestras
asambleas y, no lo
dudéis, tratará de
sembrar entre vosotros
la enemistad. Pero será
impotente contra los que
están animados por el
sentimiento de la
verdadera caridad.
Estad, pues, en guardia
y vigilad sin cesar la
puerta de vuestro
corazón, como la de
vuestras reuniones, para
que el enemigo no
penetre. Muéstrense, por
consiguiente, más
pacientes, más dignos y
más conciliadores
aquellos que se
encuentren penetrados,
en el más alto grado, de
los sentimientos de los
deberes que les imponen
tanto la urbanidad como
el verdadero
Espiritismo. (Cap. XXXI,
ítem
XXVI, San Vicente de
Paul)
409. Es
incontestable que,
sometiendo al crisol de
la razón y de la lógica
todos los datos y las
comunicaciones
recibidas, será fácil
descubrir lo absurdo y
el error. Un médium
puede ser fascinado,
como puede un grupo ser
mistificado. Pero la
verificación severa de
los otros grupos, el
conocimiento adquirido y
la alta autoridad moral
de los dirigentes de los
grupos, las
comunicaciones de los
principales médiums, con
un sello de lógica y de
autenticidad de los
mejores Espíritus, harán
justicia rápidamente a
esos dictados mentirosos
y astutos, emanados de
los Espíritus engañosos
y malos. (Cap. XXXI,
ítem
XXVII, Erasto, discípulo
de San Pablo)
410.
Muchas comunicaciones
hay de tal manera
absurdas, que aunque
sean firmadas con los
nombres más respetables,
basta el sentido común
para hacer patente la
falsedad. Pero hay
otras en las que el
error, disimulado entre
cosas aprovechables,
llega a engañar
impidiendo a veces que
se pueda reconocerlo a
primera vista. (Cap.
XXXI,
ítems
XXIX a XXXIV)
411. El
Capítulo XXXII contiene
el vocabulario espírita
– por cierto, un
vocabulario sucinto
comparado con el que
consta en el libro
“Instrucciones Prácticas
sobre las
Manifestaciones
Espíritas”, publicado
por Kardec en 1858. A
pesar de esto, en el
vocabulario contenido en
este libro hay cuatro
términos no incluidos en
“Instrucciones
Prácticas”: estereotipo,
medianímico, tiptología
y tiptólogo. (Cap.
XXXII)
Respuestas a las
preguntas propuestas
A. ¿Cuál
es la tarea principal de
los Espíritus en
relación a los hombres?
Los
Espíritus tienen el
objetivo principal de
hacernos progresar. Para
esto ellos nos ayudan
cuanto pueden. La
Providencia trazó
límites a las
revelaciones que ellos
pueden hacer a los
hombres. Así, los
Espíritus serios guardan
silencio sobre todo lo
que les es prohibido
anunciar. Quien pide a
los Espíritus superiores
la sabiduría, jamás será
engañado; pero no se
debe pensar con esto que
ellos perderían su
tiempo en escuchar todas
nuestras tonterías y
predecirnos la suerte.
Esta tarea queda a cargo
de los Espíritus ligeros
que se divierten con
eso, de la misma forma
que los niños traviesos.
(El Libro
de los Médiums, ítem
289, párrafo 11.)
B. ¿Qué
es lo que, según
Rousseau, el
Espiritualismo
resucitado por el
Espiritismo puede dar a
la sociedad?
He ahí lo
que dice Rousseau: “Si
el Espiritismo resucita
al espiritualismo, dará
a la sociedad el impulso
que da a unos la
dignidad interior, a
otros la resignación, a
todos la necesidad de
elevarse al Ser Supremo,
olvidado y desconocido
por sus ingratas
criaturas”.
(Obra
citada, cap. XXXI, ítem
III.)
C. ¿Cuál
es el camino en el cual
Kardec trabajaba en
hacer entrar al
Espiritismo?
Dijo
Kardec: “La bandera que
enarbolamos bien alto es
la del Espiritismo
cristiano y humanitario,
alrededor del cual somos
felices de ver ya a
tantos hombres que se
reúnen en todos los
puntos del globo, porque
comprenden que en él
está el ancla de
salvación, la
salvaguardia del orden
público, la señal de una
nueva era para la
Humanidad. Invitamos a
todas las sociedades
espíritas a que
concurran a esta gran
obra; que de un extremo
a otro del mundo se
extiendan las manos
fraternas y atrapen el
mal en redes
inexpugnables”. (Obra
citada, ítem 350.)
D. ¿Cómo
el Espiritismo podrá
traer, como se ha
anunciado, la
transformación de la
Humanidad?
Esa meta
sólo podrá ser alcanzada
con el mejoramiento de
las masas, lo que puede
suceder gradualmente y
poco a poco sólo
mediante el mejoramiento
de los individuos. En
efecto, ¿de qué vale
creer en la existencia
de los Espíritus, si
esta creencia no hace
mejor, más benevolente y
más indulgente al
individuo, y si no lo
hace más humilde y más
paciente en la
adversidad? ¿De qué
sirve al avaro ser
espírita si permanece
avaro; al orgulloso si
es siempre vanidoso; al
envidioso si tiene
siempre envidia? Todos
los hombres podrían
entonces creer en las
manifestaciones y la
Humanidad permanecer
estacionaria. Pero tales
no son los designios de
Dios.
Es hacia
el fin providencial que
deben tender todas las
sociedades espíritas
serias, agrupando a su
alrededor a todos los
que poseen los mismos
sentimientos; entonces
habrá entre ellas unión,
simpatía, fraternidad y
no un vano y pueril
antagonismo de amor
propio, de palabras
antes que de hechos;
entonces ellas serán
fuertes y poderosas,
porque se apoyarán en
una base indestructible:
el bien para todos;
entonces serán
respetadas e impondrán
silencio a la burla
tonta, porque hablarán
en nombre de la moral
evangélica respetada por
todos.
(Obra
citada, ítem 350.)
Fin
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