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Estudio Metódico del Pentateuco Kardeciano Português   Inglês

Año 6 294 – 13 de Enero de 2013

ASTOLFO O. DE OLIVEIRA FILHO                    
aoofilho@gmail.com
                                      
Londrina,
Paraná (Brasil)  
 
Traducción
Maria Reyna - mreyna.morante@gmail.com
 

 

El Libro de los Médiums 

Allan Kardec 

(Parte 44 y final)
 

Termina en esta edición el estudio metódico de “El Libro de los Médiums”, de Allan Kardec, la segunda de las obras que componen el Pentateuco Kardeciano, cuya primera edición fue publicada en 1861. Las respuestas a las preguntas sugeridas para debatir se encuentran al  final del texto.  

Preguntas para debatir

A. ¿Cuál es la tarea principal de los Espíritus en relación a los hombres?

B. ¿Qué es lo que, según Rousseau, el Espiritualismo resucitado por el Espiritismo puede dar a la sociedad?

C. ¿Cuál es el camino en el cual Kardec trabajaba en hacer entrar al Espiritismo?

D. ¿Cómo el Espiritismo podrá traer, como se ha anunciado, la transformación de la Humanidad?

Texto para la lectura

403. ¿Estáis seguros realmente de lo que debe ser una reunión espírita? No, porque en vuestro celo creéis que lo mejor es reunir el mayor número posible de personas a fin de convencerlas. Desengañaos. Cuantos menos fuerais, tanto más obtendréis. Sobre todo, es por el ascendente moral que ejerceréis, que atraeréis a los incrédulos, mucho más que por los fenómenos que obtuviereis. Estáis convencidos de que el Espiritismo conducirá a una reforma moral. Sea, pues, vuestro grupo el primero en dar ejemplo de las virtudes cristianas, puesto que en esta época de egoísmo, es en las sociedades espíritas donde la verdadera caridad debe encontrar refugio. (Cap. XXXI, ítem XXI, Fénelon)

404. El verdadero Espiritismo tiene por divisa benevolencia y caridad. No admite ninguna rivalidad, a no ser la del bien que todos pueden hacer. Todos los grupos que inscriban esa divisa en sus estandartes tenderán las manos unos a otros, como buenos vecinos, que no son menos amigos por el hecho de no habitar en la misma casa. (Cap. XXXI, ítem XXII, Fénelon)

405. El silencio y el recogimiento son condiciones esenciales para todas las comunicaciones serias. Nunca lograréis que cumplan esa condición los que sólo sean conducidos a vuestras reuniones por la curiosidad. Convidad, pues, a los curiosos a buscar otros lugares, porque su distracción sería una causa de perturbación. (Cap. XXXI, ítem XXIII, San Luis)

406. Es excelente el trabajo de examen de las comunicaciones. Nunca será demasiado profundizar las preguntas y, principalmente las respuestas. El error es fácil, aun para los Espíritus animados de las mejores intenciones. Todo hace que tengáis el deber de dispensar sólo una limitada confianza a lo que obtuviereis, subordinándolo siempre al examen, aun cuando se trate de las más auténticas comunicaciones. (Cap. XXXI, ítem XXIV, Jorge)

407. ¿Suponéis que venimos en busca de vuestros aplausos? Desengañaos. Nuestro objetivo es haceros mejores. Ahora bien, cuando verificamos que nuestras palabras no producen ningún fruto, que de vuestra parte todo se resume en una estéril aprobación, vamos a buscar almas más dóciles. Cedemos entonces el lugar a los Espíritus que sólo quieren hablar, y esos no faltan. Si, por lo tanto, sois engañados con tanta frecuencia, quejaos tan sólo de vosotros mismos. Para nosotros el hombre serio no es aquél que se abstiene de reír, sino aquél cuyo corazón es conmovido por nuestras palabras, que las medita y saca provecho de ellas. (Cap. XXXI, ítem XXV, Massillon)

408. El Espiritismo deberá ser un escudo contra el espíritu de la discordia y la disensión; pero en todos los tiempos, ese espíritu ha venido blandiendo su antorcha sobre los humanos. ¡Espíritas! Bien puede él penetrar en vuestras asambleas y, no lo dudéis, tratará de sembrar entre vosotros la enemistad. Pero será impotente contra los que están animados por el sentimiento de la verdadera caridad. Estad, pues, en guardia y vigilad sin cesar la puerta de vuestro corazón, como la de vuestras reuniones, para que el enemigo no penetre. Muéstrense, por consiguiente, más pacientes, más dignos y más conciliadores aquellos que se encuentren penetrados, en el más alto grado, de los sentimientos de los deberes que les imponen tanto la urbanidad como el verdadero Espiritismo. (Cap. XXXI, ítem XXVI, San Vicente de Paul)

409. Es incontestable que, sometiendo al crisol de la razón y de la lógica todos los datos y las comunicaciones recibidas, será fácil descubrir lo absurdo y el error. Un médium puede ser fascinado, como puede un grupo ser mistificado. Pero la verificación severa de los otros grupos, el conocimiento adquirido y la alta autoridad moral de los dirigentes de los grupos, las comunicaciones de los principales médiums, con un sello de lógica y de autenticidad de los mejores Espíritus, harán justicia rápidamente a esos dictados mentirosos y astutos, emanados de los Espíritus engañosos y malos. (Cap. XXXI, ítem XXVII, Erasto, discípulo de San Pablo)

410. Muchas comunicaciones hay de tal manera absurdas, que aunque sean firmadas con los nombres más respetables, basta el sentido común para hacer patente la falsedad. Pero  hay otras en las que el error, disimulado entre cosas aprovechables, llega a engañar impidiendo a veces que se pueda reconocerlo a primera vista. (Cap. XXXI, ítems XXIX a XXXIV)

411. El Capítulo XXXII contiene el vocabulario espírita – por cierto, un vocabulario sucinto comparado con el que consta en el libro “Instrucciones Prácticas sobre las Manifestaciones Espíritas”, publicado por Kardec en 1858. A pesar de esto, en el vocabulario contenido en este libro hay cuatro términos no incluidos en “Instrucciones Prácticas”: estereotipo, medianímico, tiptología y tiptólogo. (Cap. XXXII)

Respuestas a las preguntas propuestas

A. ¿Cuál es la tarea principal de los Espíritus en relación a los hombres?

Los Espíritus tienen el objetivo principal de hacernos progresar. Para esto ellos nos ayudan cuanto pueden. La Providencia trazó límites a las revelaciones que ellos pueden hacer a los hombres. Así, los Espíritus serios guardan silencio sobre todo lo que les es prohibido anunciar. Quien pide a los Espíritus superiores la sabiduría, jamás será engañado; pero no se debe pensar con esto que ellos perderían su tiempo en escuchar todas nuestras tonterías y predecirnos la suerte. Esta tarea queda a cargo de los Espíritus ligeros que se divierten con eso, de la misma forma que los niños traviesos. (El Libro de los Médiums, ítem 289, párrafo 11.)

B. ¿Qué es lo que, según Rousseau, el Espiritualismo resucitado por el Espiritismo puede dar a la sociedad?

He ahí lo que dice Rousseau: “Si el Espiritismo resucita al espiritualismo, dará a la sociedad el impulso que da a unos la dignidad interior, a otros la resignación, a todos la necesidad de elevarse al Ser Supremo, olvidado y desconocido por sus ingratas criaturas”. (Obra citada, cap. XXXI, ítem III.)

C. ¿Cuál es el camino en el cual Kardec trabajaba en hacer entrar al Espiritismo?

Dijo Kardec: “La bandera que enarbolamos bien alto es la del Espiritismo cristiano y humanitario, alrededor del cual somos felices de ver ya a tantos hombres que se reúnen en todos los puntos del globo, porque comprenden que en él está el ancla de salvación, la salvaguardia del orden público, la señal de una nueva era para la Humanidad. Invitamos a todas las sociedades espíritas a que concurran a esta gran obra; que de un extremo a otro del mundo se extiendan las manos fraternas y atrapen el mal en redes inexpugnables”. (Obra citada, ítem 350.)

D. ¿Cómo el Espiritismo podrá traer, como se ha anunciado, la transformación de la Humanidad?

Esa meta sólo podrá ser alcanzada con el mejoramiento de las masas, lo que puede suceder gradualmente y poco a poco sólo mediante el mejoramiento de los individuos. En efecto, ¿de qué vale creer en la existencia de los Espíritus, si esta creencia no hace mejor, más benevolente y más indulgente al individuo, y si no lo hace más humilde y más paciente en la adversidad? ¿De qué sirve al avaro ser espírita si permanece avaro; al orgulloso si es siempre vanidoso; al envidioso si tiene siempre envidia? Todos los hombres podrían entonces creer en las manifestaciones y la Humanidad permanecer estacionaria. Pero tales no son los designios de Dios.

Es hacia el fin providencial que deben tender todas las sociedades espíritas serias, agrupando a su alrededor a todos los que poseen los mismos sentimientos; entonces habrá entre ellas unión, simpatía, fraternidad y no un vano y pueril antagonismo de amor propio, de palabras antes que de hechos; entonces ellas serán fuertes y poderosas, porque se apoyarán en una base indestructible: el bien para todos; entonces serán respetadas e impondrán silencio a la burla tonta, porque hablarán en nombre de la moral evangélica respetada por todos. (Obra citada, ítem 350.)

 Fin

 

 


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