Amor altruista.
Calidad que
engloba el
perdón,
gentileza,
integridad,
empatía/con-pasión,
honestidad,
paciencia,
coraje,
confianza/lealtad
y humildad.
Esperanza/fe.
Resistencia y
perseverancia
delante de las
tribulaciones;
hacer lo que es
necesario
(someterse a las
pruebas del
camino, cargar
la propia cruz
y, finalmente,
aceptar las
experiencias
purificadoras);
estirar las
metas (tener el
“corazón puro”
como Jesús
recomendó, sólo
puede ser
conseguido
mediante
ingentes
esfuerzos); y
expectativa de
recompensa/victoria
(total
integración al
reino de Dios).
14
En síntesis, el
análisis
emprendido hasta
aquí permite
deducir que los
postulados
cristianos y el
papel
desempeñado por
Jesucristo se
encajan
perfectamente en
un cuadro más
amplio de teoría
del liderazgo
espiritual. En
efecto, en las
evidencias
cogidas
encontramos
varios indicios
de que
Jesucristo
empleó
anchamente
elementos de esa
escuela en su
misión
redentora. Tal
conclusión, sin
embargo, no
invalida la
presencia en su
papel de líder
de aspectos
conectados a
otras vertientes
teóricas. Nos
referimos aquí
particularmente
a la escuela del
liderazgo
auténtico - una
de las más
estudiadas en la
actualidad.
La “persuasión
racional” es
inherente al
Evangelio
– Investigadores
dedicados al
tema describen
al líder dotado
de tal perfil
como un
individuo
confiado,
esperanzado,
optimista,
flexible,
transparente,
moral/ético y
orientado al
futuro. Más allá
de esas
características,
los líderes
auténticos
poseen la
sensibilidad de
dar prioridad al
desarrollo de
sus asociados
(apóstoles y
seguidores). Ser
verdadero es
visto como otra
de sus
peculiaridades y
su
comportamiento
positivo/constructivo
observado en
constantes
oportunidades
lleva a la
transformación o
desarrollo de
sus seguidores
también como
líderes. Esa
escuela
encomienda
igualmente que
el líder
auténtico no
intenta
presionar o aún
racionalmente
persuadir a sus
compañeros (as).
O sea, sus
valores,
creencias y
comportamientos
configuran una
plantilla de
desarrollo
general.15
Puesto esto, es
claramente
perceptible la
presencia de
varios elementos
de esa modalidad
de liderazgo en
la personalidad
y en el
comportamiento
de Jesús. Es
notorio también
que algunos de
ellos llegan a
solaparse a la
escuela del
liderazgo
espiritual. Sin
embargo, cabe
acentuar que la
“persuasión
racional” es
inherente al
mensaje del
Evangelio.
Considerando ese
ángulo, allá
encontramos
directrices y
recomendaciones
precisas en
cuanto al
proceder que
debilitan
sobremanera tal
proposición.
Para ilustrar,
los tramos
evangélicos
abajo citados
refuerzan
nuestro
argumento - o
sea:
“[...] Amarás
el Señor tu Dios
de todo tu
corazón, y de
toda tu alma, y
de todo tu
pensamiento”
(Mateo, 22: 37).
“Sed
vosotros pues
perfectos, como
es perfecto
vuestro Padre
que está en los
cielos”
(Mateo, 5: 48).
“Yo soy el
camino, y la
verdad y la
vida; nadie
viene al Padre,
sino por mí”
(Juan, 14: 6).
“[...] Tened fe
en Dios”
(Marcos, 11:
22).
“Después
dijo a Tomás:
Pon aquí tu
dedo, y mira mis
manos; y trae tu
mano, y métela
en mi costado; y
no seas
incrédulo, sino
creyente”
(Juan, 20: 27).
Jesús fue un
excelente líder
transformador
– Exceptuando,
por lo tanto, el
elemento arriba
destacado, hay
convincentes
señales de que
el liderazgo
auténtico se
aplica
perfectamente a
Jesús y a su
misión.
Análogamente,
nuestro análisis
engloba la
perspectiva
derivada del
liderazgo
transformacional.
A fin de
cuentas, líderes
vinculados a esa
escuela
generalmente
poseen enorme
habilidad de
comunicar una
visión para la
organización
(cristianismo).16
Además de eso,
ellos
normalmente
tienen enorme
carisma,
propagan una
visión
arrebatadora e
intelectualmente
estimulante,
ofrecen atención
y consideración
individual, así
como promover
una cultura
común donde no
hay privilegios
especiales o
tratamientos
diferentes.
17
Vale añadir que
hay autores que
creen que todo
líder
transformador es
de igual manera
un líder
espiritual.18
De ese modo, no
hay como dejar
de atribuir a
Jesús la calidad
de excelente
líder
transformador,
especialmente si
consideramos su
papel de
educador
celestial o
psicoterapeuta
en la
comprensión y
divulgación de
la segunda
revelación. Como
ejemplos de tal
capacidad
contenidos en el
Evangelio se
puede destacar:
“Porque yo
descendí del
cielo, no para
hacer mi
voluntad, sino
la voluntad de
aquel que me
envió”
(Juan, 6: 38)
“Por cuanto,
cualquiera que
haga la voluntad
de Dios, ese es
mi hermano, y mi
hermana, y mi
madre”
(Marcos, 3: 35)
“Yo soy la
luz del mundo;
quién me sigue
no andará en
tinieblas, más
tendrá la luz de
la vida”
(Juan: 8: 12).
Podemos aún
encontrar en
algunos actos de
los apóstoles
inequívocos
subproductos de
esa poderosa
intervención
transformadora
tales como:
“En todo dad
gracias, porque
esta es la
voluntad de Dios
en Cristo Jesús
para con
vosotros” (1
Tesalonicenses
5: 18).
“Y esta es
la confianza que
tenemos en él,
que, si
pidiéramos
alguna cosa,
según su
voluntad, él nos
oye” (1
Juan, 5: 14)
La ley de
permuta también
se aplica a las
fuerzas divinas
– De manera
similar, se
puede
identificar
elementos de
otras escuelas
de liderazgo
menos pomposas
en la conducta
de Jesús. Es el
caso de aquella
línea que
comporta una
relación de
cambio entre
líder y liderado
(LMX) 19.
Esa teoría
básicamente
presupone que
una especie de
intercambio
media la
relación entre
ambos. De hecho,
encontramos la
aceptación de
tal proposición
en los
comentarios del
Espíritu
Emmanuel cuando
él afirma
categóricamente
lo siguiente:
“No solamente
los hombres
viven en la ley
de cambio. Las
fuerzas divinas
basan el
movimiento del
bien en el mismo
principio”.
20
En ese sentido,
Jesús acentuó
con claridad
meridiana como
se da ese cambio
al afirmar: “Porque
el Hijo del
hombre vendrá en
la gloria de su
Padre, con sus
ángeles; y
entonces dará a
cada uno según
sus obras”
(Mateo 16: 27).
Pablo de Tarso
entendió
perfectamente la
referida
lección, pues
llegó a
proferir: “Lo
cual
recompensará a
cada uno según
sus obras…”
(Romanos 2: 6).
Otra escuela de
liderazgo
intensamente
examinado por la
investigación es
la servidora
(servant
leadership).
Como el propio
nombre sugiere
se trata de
individuos que
tienen una clara
comprensión de
que los otros
(semejantes) son
su prioridad de
vida. Los vemos
integrados en
las sociedades
humanas
orientando a las
personas con
profundo cariño
y atención,
perfeccionando
procesos, pero,
por encima de
todo, realizando
tareas notables
a servicio de
los más
necesitados.
Entendemos que
en el área de
ayuda
humanitaria hay
muchos líderes
servidores
desconocidos.
La investigación
revela que los
líderes
servidores
generalmente
incorporan siete
pronunciadas
características,
a saber: son
servidores antes
de otra
consideración;
consonante con
las
proposiciones de
otras escuelas,
ellos aquí
también son
vistos como
articuladores
competentes de
metas (visión);
por su conducta
inspiran
confianza; son
excelentes en la
habilidad de
oír; son
maestros en el
proveer
feedback
positivo;
consiguen
antever el
porvenir
(intuitivos por
naturaleza); y
promotores del
desarrollo
personal.21
Jesús puede ser
considerado una
criatura impar
– Además, los
líderes
servidores dan
poder a las
personas/compañeros,
exhiben
humildad, son
absolutamente
auténticos,
aceptan a las
personas por lo
que ellas son,
les suministran
una dirección y
son guardianes
que trabajan
intensamente por
el bien del
todo.22
Puesto
esto, se puede
afirmar que hay
abundancia de
aspectos de un
liderazgo
servidora en la
conducta de
Jesús. En la
verdad, la
literatura
espírita trae
incontables
ejemplos de su
inconmensurable
paciencia en oír
y orientar a sus
seguidores. Sus
palabras, a
propósito,
siempre
suministraban
directrices
seguras y
advertencias
adecuadas para
que el discípulo
pudiera tener
buen éxito.
Además de eso,
el maestro guió
y continúa
guiando a la
humanidad por
medio de su
mensaje
alentador. Su
visión abarca
posibilidades
inimaginables
para nosotros.
En ese sentido,
el simple y
oportuno
recuerdo del
envío del
Consolador
Prometido no
deja dudas al
respecto.
En ese rápido
examen, por fin,
identificamos
que Jesús Cristo
consiguió el
hecho
extraordinario
de reunir los
moldes de varias
escuelas de
liderazgo. Así
pues, él puede
ser considerado
como una
criatura impar
no sólo por sus
hechos y legados
luminosos, sino
también por
haber sabido
mostrar una
capacidad
de liderazgo
inusual lo que
comprueba su
perfección en
esa dimensión
igualmente.
Obviamente, hay
otras escuelas
que no fueron
examinadas en el
presente ensayo
- como la
trascendental,
por ejemplo -
porque están aún
en fase
embrionaria de
desarrollo
teórico. Cabe
resaltar aún
que, aunque a
veces parecidas,
las escuelas de
liderazgo
escrutadas han
sido
desarrolladas a
través de
decenas de
estudios
internacionales
sistemáticos a
lo largo de los
años. Las
rigurosas
medidas
psicométricas a
las cuales esos
estudios fueron
sometidos dan
fiabilidad y
validez a sus
conclusiones y
descubrimientos.
Sin embargo,
independientemente
del abordaje
perseguido,
Jesús emerge
siempre como un
líder inmaculado
propagando la
verdad divina,
la sabiduría
celestial y
suministrándonos
lecciones,
enseñanzas y
ejemplos que
ciertamente
recordaremos
para todo
siempre.
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