En la semana que
pasó, el
noticiario
internacional
dio gran
importancia al
pedido de
disculpas que la
Iglesia Católica
de Paraguay
presentó a los
habitantes del
país,
reportándose a
los errores que
miembros de la
Iglesia
cometieron a lo
largo de los
años en lo
tocante al tema
comportamental
sexual y
castidad.
El pedido de
disculpas tiene
su origen
conocido. Es
que, días antes,
el principal
gobernante de la
nación, ex
obispo católico,
reconoció ser
padre de un niño
de 2 años de
edad, resultado
de una relación
con una joven de
26, cuando él
aun estaba
incluido en las
funciones
sacerdotales. La
relación de la
madre del niño
habría comenzado
cerca de diez
años atrás,
cuando la joven
no había
cumplido aun los
17 años.
En la ocasión en
que la noticia
fue divulgada,
varios casos
envolviendo
líderes y
personalidades
importantes de
otros países
fueron
recordados, lo
que evidencia la
fragilidad del
ser humano
cuando el asunto
abarca un
comportamiento
sexual y
fidelidad.
Para los
espíritas nada
de sorprendente
puede haber en
tales hechos, ya
que tenemos
perfecta ciencia
de cuan atrasado
es nuestro
planeta del
punto de vista
moral. Al final,
sesenta años
atrás,
exactamente en
1948, Frederico
Figner consignó
en su libro
Volví,
psicografiado
por Francisco
Cándido Xavier,
la información
de que más de la
mitad de la
población del
globo está
constituida de
Espíritus semi-civilizados
o bárbaros, y
sólo un 30%
forman el
contingente de
personas aptas a
la
espiritualidad
superior. (Cf.
Volví,
del hermano
Jacob, FEB, 7ª
edición, pág.
93.)
De 1948 hasta
ahora, dada la
exigüidad del
tiempo pasado,
tenemos que
reconocer que
muy poco se
alteró en la
calificación de
los habitantes
de nuestro
mundo, una idea
que es
corroborada por
el cuadro
general de
descomposición y
miseria moral
que ha generado
guerras,
corrupción,
iniquidad,
violencia y
desmanes
diversos que las
noticias nos
aportan cada
día.
El terma
sexualidad
asumió en la
obra de Freud un
papel de
destaque, al que
André Luiz se
refiere en el
cap. 11 de su
libro En el
Mundo Mayor,
psicografiado
por Francisco
Cándido Xavier y
publicado por la
editora de la
FEB.
En el la
reproducción de
una conferencia
proferida por un
Instructor
desencarnado, en
la que la
temática del
sexo y el
pensamiento de
Freud fueron
enfocados. Según
el
conferenciante,
Freud centró sus
estudios en el
impulso sexual,
confiriéndole un
carácter
absoluto, de
manera que, para
el círculo de
estudiosos
esencialmente
freudianos, los
problemas
psíquicos de la
personalidad se
resumen todos a
la angustia
sexual, mientras
dos corrientes
distintas de sus
colaboradores
entienden que
las causas de
los referidos
problemas se
extenderían
también a la
adquisición de
poder y a la
idea de
superioridad, o
sea, más allá
de la
satisfacción del
sexo y de la
importancia
individualista,
existe también
el impulso de la
vida superior
que tortura al
hombre terrestre
pero
aparentemente
feliz.
En la visión del
Instructor
mencionado por
André Luiz, las
tres escuelas
son portadoras
de cierta dosis
de razón,
aunque, según
él, no se pueda
afirmar que todo
en los círculos
carnales
constituya sexo,
deseo de
importancia y
aspiración
superior.
Aunque pese esa
declaración, el
Instructor
admitió, al
final de sus
consideraciones,
que más de la
mitad de los
millones de
Espíritus
encarnados en la
Superficie de la
Tierra, de mente
fijada en la
región de los
movimientos
instintivos,
concentran sus
facultades en el
sexo, del cual
se derivan
naturalmente los
más vastos y
frecuentes
disturbios
nerviosos.
En base a tales
palabras, que
nadie se
sorprenda si
nuevas
decepciones
vinieran a
clamar en el
mundo en que
vivimos,
situación que
sólo se
modificará con
la aproximación
moral de los
habitantes del
planeta, lo que,
obviamente,
demandará mucho
tiempo y exigirá
de todos mucho
esfuerzo.
|