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Año 3 104 – 26 de Abril del 2009


 

Traducción
ISABEL PORRAS GONZÁLES - isy@divulgacion.org
 


La fragilidad del hombre cuando el tema es sexo

 

En la semana que pasó, el noticiario internacional dio gran importancia al pedido de disculpas que la Iglesia Católica de Paraguay presentó a los habitantes del país, reportándose a los errores que miembros de la Iglesia cometieron a lo largo de los años en lo tocante al tema comportamental sexual y castidad.

El pedido de disculpas tiene su origen conocido. Es que, días antes, el principal gobernante de la nación, ex obispo católico, reconoció ser padre de un niño de 2 años de edad, resultado de una relación con una joven de 26, cuando él aun estaba incluido en las funciones sacerdotales. La relación de la madre del niño habría comenzado cerca de diez años atrás, cuando la joven no había cumplido aun los 17 años.

En la ocasión en que la noticia fue divulgada, varios casos envolviendo líderes y personalidades importantes de otros países fueron recordados, lo que evidencia la fragilidad del ser humano cuando el asunto abarca un comportamiento sexual y fidelidad.

Para los espíritas nada de sorprendente puede haber en tales hechos, ya que tenemos perfecta ciencia de cuan atrasado es nuestro planeta del punto de vista moral. Al final, sesenta años atrás, exactamente en 1948, Frederico Figner consignó en su libro  Volví, psicografiado por Francisco Cándido Xavier, la información de que más de la mitad de la población del globo está constituida de Espíritus semi-civilizados o bárbaros, y sólo un 30% forman el contingente de personas aptas a la espiritualidad superior. (Cf. Volví, del hermano Jacob, FEB, 7ª edición, pág. 93.)

De 1948 hasta ahora, dada la exigüidad del tiempo pasado, tenemos que reconocer que muy poco se alteró en la calificación de los habitantes de nuestro mundo, una idea que es corroborada por el cuadro general de descomposición y miseria moral que ha generado guerras, corrupción, iniquidad, violencia y desmanes diversos que las noticias nos aportan cada día.

El terma sexualidad asumió en la obra de Freud un papel de destaque, al que André Luiz se refiere en el cap. 11 de su libro En el Mundo Mayor, psicografiado por Francisco Cándido Xavier y publicado por la editora de la FEB.

En el la reproducción de una conferencia proferida por un Instructor desencarnado, en la que la temática del sexo y el pensamiento de Freud fueron enfocados. Según el conferenciante, Freud centró sus estudios en el impulso sexual, confiriéndole un carácter absoluto, de manera que, para el círculo de estudiosos esencialmente freudianos, los problemas psíquicos de la personalidad se resumen todos a la angustia sexual, mientras dos corrientes distintas de sus colaboradores entienden que las causas de los referidos problemas se extenderían también a la adquisición de poder y a la idea de superioridad, o sea,  más allá de la satisfacción del sexo y de la importancia individualista, existe también el impulso de la vida superior que tortura al hombre terrestre pero aparentemente feliz.

En la visión del Instructor mencionado por André Luiz, las tres escuelas son portadoras de cierta dosis de razón, aunque, según él, no se pueda afirmar que todo en los círculos carnales constituya sexo, deseo de importancia y aspiración superior.

Aunque pese esa declaración, el Instructor admitió, al final de sus consideraciones, que más de la mitad de los millones de Espíritus encarnados en la Superficie de la Tierra, de mente fijada en la región de los movimientos instintivos, concentran sus facultades en el sexo, del cual se derivan naturalmente los más vastos y frecuentes disturbios nerviosos.

En base a tales palabras, que nadie se sorprenda si nuevas decepciones vinieran a clamar en el mundo en que vivimos, situación que sólo se modificará con la aproximación moral de los habitantes del planeta, lo que, obviamente, demandará mucho tiempo y exigirá de todos mucho esfuerzo.

 


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Revista Semanal de Divulgación Espirita