Vinicius Lima
Lousada:
“Es en la educación
moral propuesta por
Kardec que
encontramos
posibilidades
infinitas de
superación
del
egoísmo”
|
Autor de los libros
“Educación para la
vida” y “Saber de
Espiritualidad y
Paz”, el educador e
investigador
Vinicius Lima
Lousada (foto)
es coordinador del
Sector de Estudio
Sistematizado de la
Doctrina Espírita
(ESDE) de la
Federación Espírita
de Río Grande del
Sur. Pedagogo,
Maestro y Doctorado
en Educación por la
UFRGS nos relata en
esta entrevista su
trayectoria y sus
vivencias.
El Consolador: ¿Cómo
se hizo espírita?
|
Tuve el deseo, en la
actual
reencarnación, de
renacer en un hogar
espírita, en Río
Grande-RS, habiendo
aprendido con mis
padres un profundo
amor por Jesucristo
y su mensaje, así
como una veneración
por el pensamiento
de Allan Kardec. Mi
madre es médium y
estuvo muy dedicada
al trabajo de
evangelización y
asistencia social;
ya mi padre, ahora
desencarnado, fue
muy aficionado a las
tareas de estudio y
difusión de los
conceptos espíritas.
Con el tiempo,
frecuenté las aulas
de evangelización
espírita de la
infancia y de la
juventud junto a mis
hermanos y, desde la
juventud, he buscado
vincularme a la
Filosofía Espírita a
través del estudio
de sus obras
fundamentales y de
las posibilidades de
labor en el centro
espírita. |
El Consolador:
¿Tareas que ya
realizó de la Casa
Espírita y cuáles
sus encargos
actuales?
En Río Grande,
inicié mis
actividades como
evangelizador de la
infancia y de la
juventud, después
actué como director
de departamento en
la misma área en la
Sociedad Espírita
Kardecista y, en el
área doctrinaria, en
momentos y
sociedades espíritas
distinguidos. Tutelé
como presidente de
la Comunión Espírita
Mansión de la Paz y
fui socio-fundador y
vicepresidente de la
Casa Espírita
Bezerra de Menezes.
Llegué a colaborar
junto al
Departamento
Doctrinario de la
Unión Espírita del
Río Grande, órgano
de unificación
representativo de la
FERGS en aquella
ciudad. En el
momento soy miembro
de la Directoria del
IETRD, como
secretario, y
colaboro
sistemáticamente en
las actividades de
la divulgación de la
Doctrina Espírita a
través de
conferencias y
actividades
solicitadas por el
Departamento de
Recursos Humanos y
en la enseñanza de
la Doctrina
Espírita, como
también en el
servicio de los
pases. Estoy muy
agradecido a los
compañeros de esa
institución que
acogió muy
fraternalmente a mí
y a mi esposa,
habiéndonos dado la
oportunidad de
retomar las tareas
en la siembra
espírita a las
cuales somos muy
aficionados desde
los días iniciales
de la juventud. En
la FERGS soy
coordinador del
Sector de Estudio
Sistematizado de la
Doctrina Espírita,
en el ámbito del
Departamento
Doctrinario.
El Consolador:
¿Cuáles son los
títulos de sus
libros?
“Educación para la
vida” y “Saber de
Espiritualidad y
Paz”, además de otro
en el cual estoy
trabajando, para ser
publicado
oportunamente. Ambos
pueden ser
adquiridos en la
librería Francisco
Spinelli, de la
Federación Espírita
del Río Grande del
Sur.
El Consolador:
¿Tiene artículos
publicados? ¿En qué
órganos?
Sí, desde que decidí
escribir para
comunicar las
reflexiones que
hacía en
conferencias
doctrinarias, tengo
artículos publicados
en varios periódicos
y webs. De entre
aquellos vehículos
de divulgación que
me han dado el deseo
de servir, que mi
memoria recuerda,
son: Diálogo
Espírita y Revista
Reencarnación –
FERGS; Revista
Internacional de
Espiritismo; Siembra
Espírita; Revista El
Consolador y algunas
webs como
Espiritualidad y
Sociedad; Panorama
Espírita; Tierra
Espiritual, etc. En
la actualidad
mantengo un blog con
el propósito de
promover el estudio
de la Doctrina
Espírita, con
artículos míos, de
amigos de ideal y de
Allan Kardec. Invito
a todos a conocerlo:
www.estudandokardec.blogspot.con.
El Consolador: ¿Cómo
inició su actuación
como expositor
espírita y cuáles
los temas
preferentes a
abordar?
Desde mayo de 1995,
he realizado
conferencias
espíritas donde
compañeros queridos
fueron invitándome.
Poco a poco, la
labor fue asumiendo
nuevas dimensiones,
inicialmente, en mi
ciudad natal,
después a algunas
ciudades próximas e
inmediatamente, para
mi felicidad, el
trabajo se ha
ampliado de tal
forma que he
visitado,
principalmente en
los finales de
semana, diversas
ciudades del suelo
gaucho para exponer
sobre la Doctrina de
los Espíritus
conforme la
aprendemos en los
textos kardecistas.
He tenido el deseo
de realizar
conferencias
públicas en diversos
locales como ferias
de libro, casas de
cultura, teatros,
escuelas, centros
espíritas y otras
agregaciones, la
invitación de
gentiles compañeros
de nuestro
movimiento que me
dan la oportunidad
de participar lo
poco de lo que ya
aprendí de
Espiritismo en esta
vida corpórea. Los
temas son variados,
pero normalmente
enfocados en la
Filosofía Espírita y
usando propuesta
educativa. Para los
trabajadores de las
casas espíritas, me
he dedicado a
conferencias y
seminarios dedicados
al tema del “Estudio
de la Doctrina
Espírita” y a otros
cómo “Humanización
de las relaciones en
la casa espírita”,
“¿Qué es el
Espiritismo?”,
“Estudio sobre
Fluidos
Espirituales” y
Mediumnidad en la
visión de Kardec o
conforme la
solicitud de los
compañeros. Algo que
me ha dejado muy
feliz en ese camino
de difusión
doctrinaria es ver
crecer el número de
personas serias y
entusiasmadas con la
Doctrina Espírita
que se han
aficionado y
redescubierto los
textos de Kardec y
se han ocupado en
difundirlos,
independiente de la
franja evolutiva en
que transitan.
El Consolador:
Háblenos de la
motivación para
abordar temas
relacionados en la
Codificación,
rescatando la
Revista Espírita.
Hace mucho tuve en
mi cumpleaños un
ejemplar de la
Revista Espírita de
1858 y no di al
hecho la debida
atención. Desde la
víspera de su
sesquicentenario
tuve nuevo contacto
con esa producción
en virtud de su
publicación por la
FEB y, desde
entonces, he leído
diariamente esas
páginas primorosas
de Ciencia Espírita
producidas por el
maestro Allan
Kardec. Delante de
los saberes allí
presentes, las
conjeturas de
Emisarios del Más
Allá y de Espíritus
de diferentes grados
de la escala
espírita, el boletín
de las reuniones de
la Sociedad
Parisiense de
Estudios Espíritas,
los profundos textos
del Codificador
analizando problemas
morales,
manifestaciones
espíritas de toda
orden y
desarrollando la
Filosofía, quedé
enamorado de la
Revista Espírita y
la reconozco, como
ya dijo Allan
Kardec, entre las
obras fundamentales
de la Doctrina de
los Espíritus. No
conocer la “Revista
Espírita: periódico
de Estudios
Psicológicos” es
desmerecer la
genialidad de Allan
Kardec y permitirse
convivir
superficialmente con
el Espiritismo. Por
ese motivo, me he
ocupado también en
llevar, en mis
conferencias,
consideraciones
presentes en la
Revista Espírita,
buscando compartir
esos saberes con los
demás compañeros de
jornada.
El Consolador: ¿Qué
piensa sobre la
participación de los
jóvenes, que ha
aumentado, en las
Instituciones
Espíritas? ¿Cómo
debe ser la postura
de los dirigentes
para incluir al
joven en las
actividades del
Centro Espírita?
Creo que es
excelente la
participación de la
juventud en la
siembra espírita,
sobre todo
desarrollando un
trabajo de base, que
le enraíza en la
institución que la
acoge. El
Codificador,
considerando el
valor moral del
Espiritismo para las
nuevas generaciones,
resalta, en uno de
los diálogos en su
Viaje Espírita en
1862, la necesidad
de la apertura de
las reuniones
espíritas a los
jóvenes. La postura
del dirigente
espírita deberá ser
de acogimiento
cristiano a los
jóvenes que quieran
integrarse a las
labores de la
Evangelización tanto
como a los demás
servicios de la
casa, respetando
siempre las
normativas de la
institución y el
bueno sentido. Cabe
a quien lucha con
Jesús sepa delegar
tareas de modo
apropiado al nivel
de conciencia y
responsabilidad de
este o de aquel
servidor. Recordemos
de que Kardec llegó
a afirmar que para
la comprensión del
Espiritismo es
esencial la madurez
del sentido moral,
adquisición del
Espíritu que no
depende de
primaveras
contabilizadas.
El Consolador: ¿Cuál
es la importancia de
los grupos de
estudios en las
Casas Espíritas?
Los grupos de
estudios en las
casas espíritas son
de máxima relevancia
considerando la
necesidad de
espiritualización de
todos nosotros, esos
días de materialismo
soez y crisis ética,
a través del
conocimiento
liberador del
Espiritismo. La
apropiación del
pensamiento
espírita, por la
práctica de la
lectura de Kardec y
mediante
conversación
saludable en grupo,
me parece que es una
vía indispensable
para aquel que, al
acercarse alrededor
del Consolador,
busca establecer un
guión de progreso
espiritual
consciente, pautado
en los principios de
la Filosofía
Espírita. Pienso
que, para atender a
ese fin, los grupos
del ESDE deberán
fomentar el estudio
sistemático de las
obras fundamentales
de la Doctrina,
facilitando el
conocimiento
espírita en su
totalidad, y
contribuir con la
educación moral de
los participantes
para que los
espíritas den,
efectivamente, su
cuota de
participación en la
construcción de un
mundo mejor, a
comenzar por la
transformación
interior que cabe a
cada uno.
El Consolador: ¿Cómo
ha sido su
experiencia en la
coordinación del
sector del ESDE, del
Departamento
Doctrinario de la
FERGS?
Ha sido una
experiencia muy
feliz y
enriquecedora, no
obstante traiga
desafíos comunes a
la tarea de unión de
la familia espírita,
que pasa
inevitablemente por
el ejercicio de la
perseverancia y de
la apertura a la
alternancia, lo que,
por su parte, exige
un cambio de
paradigma para la
aceptación del otro,
que tiene historia y
perspectivas
diferentes de las
nuestras. Esa me
parece una de las
demandas más
delicadas de la
tarea, pues aceptar
del otro su punto de
vista no implica
paralizarnos para
agradarlo, sino,
fundamentalmente,
aprovechar las
contribuciones del
otro a través del
diálogo, por el
éxito de la labor.
El trabajo en
equipo, con
compañeros de
diferentes regiones
del Estado de Río
Grande del Sur, ha
provocado un
aprendizaje valioso,
además de la
relación dinámica
entre la pluralidad
de concepciones de
trabajo y la
convergencia de
acciones por amor a
la Causa, que motiva
innegablemente al
grupo de trabajo del
ESDE en la
Federación. Claro
que mucho debimos a
la coordinación del
DEDO/FERGS que tiene
una perspectiva
dialogante de
gestión de ese
departamento, en el
cual nos incluimos.
Nuestro equipo ha
llevado los cuatro
módulos del Curso de
Perfeccionamiento de
Coordinadores de
ESDE, que elaboramos
colectivamente a lo
largo del año
pasado, en las
reuniones
federativas en RS y
donde haya sido
invitada o
solicitada.
El Consolador: ¿Cómo
evalúa el estado
actual del Estudio
Sistematizado de la
Doctrina Espírita
(ESDE) en los
Centros Espíritas?
Percibo que
contamos, en las
casas espíritas, con
una diversidad de
gente responsable y
comprometida con la
causa de la Campaña
Permanente del
Estudio
Sistematizado de la
Doctrina Espírita.
Sin embargo, es
preciso considerar
que cabe al
colaborador atento a
sus deberes para con
la Causa la búsqueda
de la constante
calificación,
buscando hacer con
buena voluntad
debidamente
esclarecida, con
miras al servicio
bajo su
responsabilidad.
Urge que busquemos
comprender, de forma
bien tranquila, que
la aplicación de los
programas de
estudios, por más
excelentes que ellos
sean, no deben
servir para formar
“lectores de
folletos” en nuestro
movimiento
doctrinario. En la
aplicación adecuada
de ellas, esas deben
ser consideradas
como herramientas
pedagógicas para
enseñar Espiritismo,
conduciendo a los
participantes del
grupo de estudios
doctrinarios a la
lectura y a la
investigación de la
Filosofía contenidos
en las obras
fundamentales de la
doctrina, firmados
por Allan Kardec.
El Consolador: ¿Cuál
es el momento actual
de la divulgación
del Espiritismo?
El Espiritismo está
en el aire, un día
aseveró el maestro
Allan Kardec.
Y muchos son los
divulgadores y los
medios de
divulgación a su
alcance, en Brasil y
en el exterior.
Sin embargo, el
crecimiento de la
divulgación de la
Doctrina Espírita
pide calidad que no
puede ser medida en
números, sino en la
fidelidad al
pensamiento
espiritista. Sin
embargo aunque yo
sea optimista, creo
que es necesario que
prestemos mucha
atención a fin de no
traer para la
tribuna espírita
temáticas que no son
de la incumbencia
del Espiritismo,
sobre todo estudios
inconclusos en el
campo de las
Ciencias, forzando
conexiones
imposibles, del
punto de vista
epistemológico, como
se tratara aún de la
Ciencia Espírita –
tonto engaño,
solamente
imperceptible al
sentido común, que
resaltaría una
práctica pseudo-sabia.
Igualmente, evitemos
la discusión de
cuestiones
dogmáticas o de
creencia religiosa,
o aún la difusión de
partidismos que
convierten el
momento que debería
ser de encuentro con
la cultura espírita
en estrados
electorales. En
realidad, esa
cuestión no me ha
afectado en demasía,
pues, conforme
aseveró Jesús, “a
cada uno será dado
conforme sus obras”.
Y de ese modo, más
que preocupado con
lo que los otros han
hecho del
Espiritismo, he
reflexionado más en
torno a mis deberes
personales para con
la Doctrina. Traigo,
sin embargo, para la
pauta de esta
entrevista esa
cuestión porque, por
el elevado tenor de
la revista El
Consolador, vale
la pena dejar al
lector una grave
reflexión en torno
de nuestras
responsabilidades
para con la
coherencia
filosófica en
relación al
Espiritismo que
decimos propagar en
el campo da
divulgación.
El Consolador: En
base de la
constatación del
creciente interés
del público en
general por el
Espiritismo, ¿cuáles
son las acciones que
compiten al
dirigente de la Casa
Espírita para
prepararla para bien
atender a los que
llegan?
La casa espírita,
además de adecuarse,
del punto de vista
estructural, para
atender a los que
buscan en ella el
contenido luminoso
del Espiritismo,
deberá emprender
esfuerzos en el
sentido de humanizar
las relaciones entre
los sujetos que en
realidad la hacen,
pues la institución
espírita no es sólo
su edificio, sino
las personas – lo
que define,
inclusive, su
asistencia
espiritual como
asevera el ínclito
Codificador al
tratar de los grupos
y sociedades
espíritas en El
Libro de los Médiums.
En ese sentido, me
parece oportuno
recodar el admirable
programa propuesto
por San Luís a la
Sociedad Espírita de
París, que consta en
la Revista Espírita
de diciembre de
1860: comprensión y
amor, o sea, que se
busque comprender
todo de todo en lo
que concierne a la
Doctrina de los
Espíritus y, entre
los espíritas, que
haya amor cristiano
en régimen de
reciprocidad.
El Consolador: ¿Cómo
percibe el amigo los
desafíos de la
sociedad en
transformación como
la aparente pérdida
de valores
espirituales en
detrimento de la
búsqueda por la
seguridad material?
Vivimos días de
normosis, de sopor
espiritual aun, en
que las criaturas
recurren a la
iglesia y a
demasiadas
instituciones
religiosas, con las
raras excepciones
existentes, en la
búsqueda de la
satisfacción
inmediata, con base
en valores
establecidos bajo el
talante del
materialismo que se
esparce en todas
partes. En el cuadro
en vigor, los
individuos viven
entregados, a pesar
de vincularse
pro-forma a esta o
aquella religión, al
gozo sin medida,
esclavizados por las
malas pasiones y
encharcados en la
desorientación
colectiva provocada
por los cánticos de
sirenas del mundo y
por las fantasías
dogmáticas que les
fueron destinadas
hace siglos. Sin
embargo, la
presencia del
Espiritismo entre
nosotros anuncia
vientos prometedores
de nuevos tiempos
para la humanidad.
El aprovechamiento
de la moral
espírita, que es
expresión fiel de la
moral de Jesús, el
Maestro por
excelencia, nos
remite a las
posibilidades
creativas que pueden
edificar las
criaturas en las
sendas de la vida
terrestre. Debemos,
los espíritas,
presentar en nuestra
conducta ética los
valores morales
abrazados,
manifestar por
nuestra presencia en
el mundo la
espiritualidad
subyacente en el
Espiritismo, pues
nuestra
contribución, por
menor que sea,
cuando se basan en
el ejemplo, es capaz
de modificar, en el
sentido del bien, la
realidad en nuestro
alrededor. En un
mundo necesitado de
Jesús y de la
práctica de sus
lecciones, como es
el nuestro, la
acción radicalmente
transformadora
parece ser la de la
aplicación de sus
enseñanzas en la
vida cotidiana.
El Consolador: Cómo
educador, ¿cómo
analiza la
contribución que la
Doctrina Espírita
puede dar al mundo?
En la condición de
educador, reconozco
en el Espiritismo su
potencial educativo,
realmente
transformador de la
criatura que bebe en
el agua viva de sus
conceptos matando la
sed de
espiritualidad que
hace mucho nos
invadía cercándonos
de un vacío
existencial
terrible. El
Espiritismo es vida
en nuestras vidas,
invitándonos a
alertar la mente en
relación a nuestro
progreso individual,
motivándonos al
conocimiento de
nosotros mismos y al
aprendizaje de las
virtudes con vistas
a la superación de
las pasiones
inferiores de que el
alma sea portadora.
Es en la educación
moral propuesta por
Allan Kardec que
encontramos
posibilidades
infinitas de
superación del
egoísmo que brilla
en todas partes, por
dominar el corazón
de los individuos,
pasando a orientar
las conductas en
público y en la
privacidad. En ese
propósito es
fundamental que la
familia espírita de
cuenta de establecer
prácticas educativas
que ayuden a los
individuos a curarse
de ese mal que es el
egoísmo y, para
tanto, tengamos en
mente, con Allan
Kardec, que los
padres son los
primeros “médicos de
las almas” que
nombramos por hijos,
cuya misión sublime
corresponde al deber
de enderezarlos para
Dios, lo que quiere
decir trabajar para
que esos Espíritus
que se hospedan en
nuestro hogar en la
condición de frutos,
muchachos y
muchachas,
encuentren éxito
espiritual en la
presente
reencarnación.
El Consolador: ¿Cuál
es la importancia
del trabajador
espírita de
participar de las
actividades de
asistencia social?
Pienso que se trata
de una experiencia
impar de aplicación
de los conceptos
estudiados o leídos
que nos remiten al
ejercicio de la
fraternidad con
aquellos que
transitan en la
precariedad
material.
Paulatinamente,
necesitamos ir al
encuentro de las
miserias ocultas,
como asevera el
Código Divino,
proponiéndonos la
actitud cristiana de
la solidaridad.
Además de eso, los
proyectos sociales –
espíritas o no – son
oportunidades para
que el hombre y la
mujer de bien
atiendan a la
invitación de Jesús
y sean, de hecho, la
sal de la tierra
destacando el bien
por todas partes,
trabajando por
expandir las
posibilidades de la
presencia del Reino
de justicia y paz en
nuestra casa
planetaria,
contribuyendo, por
fin, con la
regeneración humana
– en cuyo proceso el
Espiritismo se
destina a colaborar.
El Consolador: ¿Qué
experiencia como
trabajador espírita
le ha permitido
vivir?
Pienso que la
principal
experiencia ha sido
en el sentido de
convivir con las
personas, las más
diferentes, y
percibir que
tenemos, aquí y en
el más allá,
compañeros valerosos
que nos antecedieran
dejando, incluso en
el casi anonimato,
un guión luminoso
que nos invita a
servir y proseguir
con Jesús.
Igualmente, en base
del elevado tenor de
la tarea espírita y
del reconocimiento
de mis límites
intelectuales,
percibo la necesidad
personal que tengo
que estudiar siempre
y me haga cada vez
más íntimo del
pensamiento de Allan
Kardec, procurando,
como recomendó a
través de Chico
Xavier el amoroso
Espíritu Bezerra de
Menezes, vivir a
Kardec en las
diferentes horas de
lucha, en los
puestos de trabajo
en el mundo, en lo
concerniente al alma
para que yo pase a
entender con más
profundidad al
Maestro de todos
nosotros.
El Consolador: Sus
palabras finales.
Agradezco al equipo
de la revista El
Consolador la
oportunidad de
participar
experiencias y las
perspectivas
filosóficas del
Espiritismo. Ruego a
nuestro Maestro y
Amigo Jesús que nos
ilumine a todos a
fin de que no
desfallezcamos en el
servicio con el cual
estamos
comprometidos.
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