La fe y su poder
Presentamos en esta edición
el tema
nº
139
del Estudio Sistematizado de
la Doctrina Espirita, que
está siendo presentado aquí
semanalmente, de acuerdo con
el programa elaborado por la
Federación Espirita
Brasileña, estructurado en
seis módulos y 147 temas.
Si el lector utiliza este
programa para el estudio en
grupo, sugerimos que las
cuestiones propuestas sean
debatidas libremente antes
de la lectura del texto que
a ellas sigue.
Si es destinado solamente
para uso por parte del
lector, pedimos que el
interesado intente
inicialmente responder las
cuestiones y solo después
lea el texto referido. Las
respuestas correspondientes
a las cuestiones presentadas
se encuentran al final del
texto abajo.
Cuestiones
para debate
1. ¿Cómo podemos conceptuar
la fe?
2. ¿Qué es la fe ciega? ¿Y
qué es la fe razonada?
3. ¿Existe diferencia entre
creencia y fe?
4. ¿Es posible comunicar la
fe a alguien por medio de la
imposición?
5. ¿Jesús de Nazaret nos
dejó alguna enseñanza acerca
de la fe y su importancia?
Texto para la
lectura
La fe auténtica no queda
estacionada en ninguna
circunstancia
1. El vocablo “fe” tiene
varias acepciones. En el
sentido común, significa la
confianza del individuo en
sí mismo, pues los que de
eso son dotados son capaces
de realizaciones que
parecerían imposibles a
aquellos que de sí dudan.
Se da igualmente el nombre
de fe a la creencia en los
dogmas de esa o de aquella
religión, casos en que
recibe un adjetivo
específico: fe cristiana, fe
judaica, fe católica etc.
2. Existe, por fin, la fe
pura, la fe no sectaria, que
se traduce por una seguridad
absoluta en el amor, en la
justicia y en la
misericordia de Dios. De
todas las especies de fe,
esta es, a buen seguro, la
más sublime y también la más
difícil de ser encontrada,
por constituir un atributo
de pocas almas de evolución,
cuyo perfeccionamiento viene
de largo tiempo.
3. Tener fe en Dios es
guardar en el corazón una
luminosa certeza de que
nuestro Padre existe y no
deja al desamparo a ninguno
de sus hijos, convicción esa
que supera el ámbito de la
simple creencia religiosa.
Conseguir fe es alcanzar la
posibilidad de no decir más:
“yo creo”, sino sí: “yo sé”,
con todos los valores de la
razón tocados por la luz del
sentimiento.
4. Esa fe no queda
estacionada en ninguna
circunstancia de la vida y
sabe trabajar siempre,
intensificando la amplitud
de su iluminación, por el
dolor, por la
responsabilidad, por el
esfuerzo y por el deber
cumplido. Traduciendo la
certeza en la asistencia de
Dios, ella expresa la
confianza que sabe enfrentar
todas las luchas y los
problemas, con la luz divina
en el corazón.
Llevada al exceso, la fe
ciega puede producir el
fanatismo
5. Del punto de vista
religioso, la fe consiste en
la creencia en dogmas
especiales que distinguen
las diferentes religiones y
bajo ese aspecto la fe puede
ser razonada o ciega. La fe
ciega, como el propio nombre
indica, todo acepta sin
verificación, tanto lo
verdadero como lo falso, y
puede, obviamente, a cada
paso, chocarse con la
evidencia y la razón.
Llevada al exceso, produce
el fanatismo. Asentada en el
error, tarde o temprano se
desmorona.
6. Solamente la fe que se
basa en la verdad garantiza
su perennidad, porque nada
teme del progreso de las
luces, pues lo que es
verdadero en la oscuridad
también lo es a la luz
meridiana. Dos condiciones
requieren la verdadera fe.
La primera es no rechazar la
razón y poder ser, así,
razonada. La segunda
condición es prenderse a la
verdad, sin jamás pactar con
la mentira.
7. Hecho digno de nota es
que la fe verdadera no se
conquista de un momento a
otro. Ella se adquiere con
el tiempo, es fruto de
experiencias vividas, aunque
parezca de algún modo innata
en ciertas personas, en las
cuales una centella basta a
veces para desarrollarla,
lo que constituye señal
evidente de un anterior
progreso. En otras personas,
al contrario, la dificultad
de tener fe es muy grande,
un indicio no menos evidente
de una naturaleza retardada
o por lo menos refractaria a
eso.
8. En su libro “El
Consolador”, Emmanuel
establece una distinción
entre creer y tener fe.
Creer habla al respeto de la
creencia. El acto de creer
en alguna cosa demanda la
necesidad del sentimiento y
del razonamiento para que el
alma edifique la fe en sí
misma. Inspiración divina,
diferente de la simple
creencia, la fe despierta
todos los instintos nobles
que encaminan al hombre para
el bien y, como tal, es la
base de la regeneración.
La fe no se prescribe ni se
impone, pero puede ser
adquirida
9. Idéntica enseñanza
encontramos en el cap. VII –
2ª Parte del libro “El Cielo
y el Infierno”, de Kardec,
en el cual el guía de la
médium que sirvió de
intermediaria en el caso
Xumene explicó por qué el
Espiritismo
no hace inmediatamente
perfectos ni aun a los más
creyentes adeptos: “La
creencia es el primer paso;
viene enseguida la fe y la
transformación por su parte,
pero además de eso forzoso
es que muchos vengan a
revigorizarse en el mundo
espiritual”.
10. La fe sincera es
impresionante y contagiosa.
Se comunica a los que no la
tienen o aun no desean
tenerla. Encuentra palabras
persuasivas que van al alma,
mientras que la fe aparente
utiliza tan solamente
palabras sonoras que dejan
frío e indiferente a quien
las escucha.
11. Es de Kardec este
conocido pensamiento: “La fe
inquebrantable solamente es
la que puede encarar frente
a frente la razón, en todas
las épocas de la Humanidad”.
La importancia de la fe es
destacada por el Codificador
del Espiritismo en varios
pasajes de su obra, como
Jesús lo
hizo en diversos momentos,
como el tramo, anotado por
Mateo, en que el Maestro
afirmó a sus apóstoles que,
si ellos tuvieran la fe del
tamaño de un grano de
mostaza, dirían a una
montaña: “Transpórtate de
ahí para allí” y ella sería
transportada.
12. “Todo es posible a aquel
que tiene fe”, enseñó Jesús,
conforme leemos en Marcos,
9:23, la afirmación que
demuestra la importancia de
la fe en nuestra vida y nos
anima a hacer todo por
conquistarla, seguros de
que, conforme aseveró Kardec,
la fe no se impone ni se
prescribe, pero puede ser
adquirida, no existiendo
nadie que esté impedido de
poseerla. Para creer es
preciso, sin embargo,
comprender, por cuanto –
advierte el Codificador del
Espiritismo – la fe ciega ya
no tiene lugar en nuestro
mundo.
Respuestas a las cuestiones propuestas
1. ¿Cómo podemos conceptuar
la fe?
El vocablo “fe” tiene varias
acepciones. En el sentido
común, significa la
confianza del individuo en
sí mismo, pues los que de
eso son dotados son capaces
de realizaciones que
parecerían imposibles
a aquellos que de sí dudan.
Se da igualmente el nombre
de fe a la creencia en los
dogmas de esa o de aquella
religión, casos en que
recibe un adjetivo
específico: fe cristiana, fe
judaica, fe católica etc.
2. ¿Qué es fe ciega? ¿Y qué
es fe razonada?
La fe ciega, como el propio
nombre indica, todo acepta
sin verificación, tanto lo
verdadero como lo falso, y
puede, obviamente, a cada
paso, chocarse con la
evidencia y la razón.
Llevada al exceso, produce
el fanatismo. Asentada en el
error, tarde o temprano se
desmorona. La fe razonada es
la que no rechaza la razón y
se prende a la verdad, sin
jamás pactar con la mentira.
3. ¿Existe diferencia entre
creencia y fe?
Sí. En el libro “El
Consolador” Emmanuel dice
que creer habla respeto a la
creencia. Inspiración
divina, diferente de la
simple creencia, la fe
despierta todos los
instintos nobles que
encaminan al hombre para el
bien y, como tal, es la base
de la regeneración. Idéntica
enseñanza encontramos en el
cap.
VII – 2ª Parte del libro “El
Cielo y el Infierno”, en el
cual el guía de la médium
que sirvió de intermediaria
en el caso Xumene dice que
la creencia es el primer
paso; la fe vendrá enseguida
y, por último, la
transformación, pero para
eso es preciso que muchos
tengan que revigorizarse en
el mundo espiritual.
4. ¿Es posible comunicar la
fe a alguien por medio de la
imposición?
No. Según Kardec, la fe no
se impone ni se prescribe,
pero puede ser adquirida, no
existiendo nadie que esté
impedido de poseerla. Para
creer es preciso, sin
embargo, comprender, por
cuanto – advierte el
Codificador – la fe ciega ya
no tiene lugar en nuestro
mundo.
5. ¿Jesús de Nazaret nos
dejó algunas enseñanzas
acerca de la fe y de su
importancia?
Sí. “Todo es posible a aquel
que tiene fe”, enseñó Jesús,
conforme leemos en Marcos,
9:23, afirmación esa que
demuestra la importancia de
la fe en nuestra vida y nos
anima a hacer todo por
conquistarla.
Bibliografia:
O Evangelho
segundo o Espiritismo, de
Allan Kardec, capítulo XIX,
itens 1 a 11.
O Céu e o
Inferno, de Allan Kardec, 2a
Parte, cap. VII.
Depois da
Morte, de Léon Denis, pp.
258 a 262.
Páginas de
Espiritismo Cristão,de
Rodolfo Calligaris, p. 38.
O Espírito do
Cristianismo, de Cairbar
Schutel, p. 311.
O
Consolador,de Emmanuel,
psicografado por Francisco
Cândido Xavier, questões 354
e 355.
Roteiro,de
Emmanuel, psicografado por
Francisco Cândido Xavier,
pp. 51 a 53.
Palavras de
Emmanuel, de Emmanuel,
psicografado por Francisco
Cândido Xavier, pp. 93 a 97.
O Espírito da
Verdade, de Espíritos
diversos, psicografado por
Francisco Cândido Xavier,
pp. 70 e 71.
Após a
Tempestade, de Joanna de
Ângelis, psicografado por
Divaldo P. Franco, pp. 16 a
20.
Estudos
Espíritas,de Joanna de
Ângelis, psicografado por
Divaldo P. Franco, pp. 113 a
116.