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Audio libros: un rescate
del arte de la lectura |
Por estos días, al
releer en el libro El
Evangelio según el
Espiritismo un
mensaje firmado por el
Espíritu de Sansón, no
pude dejar de pensar en
aquellos que se
encuentran privados de
esas lecturas por estar
sufriendo de la
aflictiva condición de
deficientes visuales.
No podría, tampoco,
dejar de recordarme de
la consoladora lección
evangélica que nos
esclarece acerca de las
posibles razones de esas
pruebas y expiaciones,
experiencias que, si son
vividas resignadamente,
además de demostrar la
total confianza en la
justicia de Dios y en
sus designios,
ciertamente, llevarán el
Espíritu a escalar con
más seguridad la larga
jornada evolutiva, sean
tales experiencias
decurrentes de
“rescate”, “corrección”
“drenaje de energías
acumuladas”. La lección
citada nos llama, sin
embargo, la atención
para el deber que el
Padre
nos atribuye de
esforzarnos cuanto sea
posible en no sólo que
busquemos medios de
sanar nuestras propias
aflicciones, sino
también, y con mayor
vigor, sanar o aliviar
las aflicciones de
nuestros semejantes.
Podemos conferir ese
consejo leyendo el
mensaje de Sansón,
recibido en la Sociedad
Espírita de París en
1863, abajo parcialmente
transcrita:
“Amar, en el sentido
profundo del término, es
que el hombre sea leal,
probo, consciente, para
hacer a los otros lo que
quiera que estos le
hagan; es buscar en
torno de sí el sentido
íntimo de todos los
dolores que mortifican a
sus hermanos, para
suavizarlas; es
considerar cómo su gran
familia humana, porque
esa familia todos la
encontraréis, dentro de
cierto periodo, en
mundos más adelantados;
y los Espíritus que la
componen son, como
vosotros, hijos de Dios,
destinados a elevarse al
infinito. Así, no podéis
rechazar a vuestros
hermanos lo que
Dios liberalmente os
otorgó, por cuanto, de
vuestro lado, mucho os
alegraría que vuestros
hermanos os dieran
aquello de que
necesitáis. Para todos
los sufrimientos,
tiende, pues, siempre
una palabra de esperanza
y de confort, a fin de
que seáis enteramente
amor y justicia.” (El
Evangelio según el
Espiritismo,
cap. XI, ítem 10.)
Tratándose de
deficientes visuales
hablemos un tanto de los
compañeros espíritas en
pasaje por tales pruebas
o expiaciones e
intentemos colocarnos,
un minuto aunque sea, en
iguales condiciones.
Pensemos en aquellos que
un día usufructuaron el
sentido de la visión y,
amantes
de la literatura
espírita, hoy se
encuentran
imposibilitados de
ejercerlo debido a una
limitación total o
parcial.
Podemos imaginar que ese
hecho, para aquel que
sufre de privaciones
visuales, es como si una
luz se borrara a finales
del túnel y no se
encontrara el
interruptor para
encenderla. Es como en
un casa, aunque no
faltara el pan a quién
tiene hambre, ese pan se
encontrara en un
recipiente transparente
guardado por un lacre
inviolable…
Saulo de Tarso
experimentó la condición
de ceguera
Junto a estos
pensamientos nos viene a
la mente la escena de
Saulo de Tarso “ciego en
el suelo”, descrita por
Emmanuel en su libro
Pablo y Esteban,
psicografiado por
Francisco Cândido
Xavier, cuyo relato
merece la pena recordar:
“En un dado instante
cuando mal despertara de
las angustiosas
meditaciones, se siente
envuelto por luces
diferentes de la
tonalidad solar...
Íntimamente, se
considera presa de un
inesperado vértigo
después del esfuerzo
mental, persistente y
doloroso. Quiere
volverse, pedir el
socorro de los
compañeros, pero no los
ve, a pesar de la
posibilidad de suplicar
el auxilio.
— ¡Jacob!...
¡Demetrio!...
¡Socórranme!... — grita
desesperadamente.
Pero la confusión de los
sentidos le quita la
noción de equilibrio y
cae del animal (...).
La visión, sin embargo,
parece dilatarse al
infinito. Otra luz le
baña los ojos
deslumbrados, y en el
camino, que la atmósfera
rasgada le desvela, ve
surgir la figura de un
hombre de mayestática
belleza, dándole la
impresión de que
descendía del cielo a su
encuentro. Su túnica
era hecha de puntos
luminosos, los cabellos
tocaban en los hombros,
a lo Nazareno, los ojos
magnéticos, imanados de
simpatía y de amor,
iluminando la fisonomía
grave y tierna, donde
estacionaba una divina
tristeza.
El doctor de Tarso lo
contemplaba con espanto
profundo, y fue cuando,
en una inflexión de voz
inolvidable, el
desconocido se hizo oír:
— ¡Saulo!...
¡Saulo!... ¿por qué me
persigues?”
La ceguera a las puertas
de Damasco siguió, días
después, el beneficio de
la visión, gracias al
magnetismo de Ananias,
como narra Emmanuel en
la misma obra:
“El tercer día de
plegarias fervorosas, he
ahí que el hotelero
anuncia a alguien que lo
busca. (...) Manda
entrar. Un viejito de
semblante tranquilo y
afectuoso allí está, sin
que el convertido pueda
verle....
— ¿Quién sois? —
pregunta el invidente
admirado.
— Hermano Saulo, el
Señor, que te apareció
en el camino, me envió a
esta casa para que
vuelvas a ver y recibas
la iluminación del
Espíritu Santo.
— ¿Vuestro nombre?
— Ananias.
— Jesus me mandó,
justamente para que
tuvieras, de nuevo, el
don de la vista.
— Ahora — dijo Ananias,
imponiéndole las manos
en los ojos apagados y
en un gesto amoroso
—, en nombre del
Salvador, pido a Dios
para que veas
nuevamente.”
¡La preciosa ayuda de
Ananias constituyó para
Saulo una invitación a
la renovación!
Los audios libros
benefician no sólo a los
deficientes visuales
Sería absurdamente
pretensioso que
intentemos ser los
detentores de la luz que
devolvería la visión a
los compañeros de ideal
cristiano, sin embargo
se podría intentar,
aunque no devolviéndoles
la visión física, la
elaboración de un medio
de rescatarles la
condición de usufructuar
la vasta literatura
espírita por medio de la
audición, de modo a “ofrecerles
los ojos” para que
vean además de las
estrellas...
Es conocido de todos el
gran avance tecnológico
de los electrónicos y
nadie ignora también la
existencia de audio
libros sobre materias
diversos disponibles
para compraventas.
Tenemos ahí la
herramienta ideal que
atendería a las
necesidades de nuestros
hermanos y hermanas,
adultos y niños, que se
presenten con
deficiencias visuales.
He ahí un recurso que no
atendería tan solamente
a ese género de
deficiencia, sino
igualmente a los
deficientes
inmovilizados por la
parálisis en sus
diversos grados de
inmovilidad, a ejemplo
de los hermanos que se
encuentran en un lecho
hospitalario o en su
propia casa, muchas
veces solitarios, y que
podrían usufructuar de
ese ocio instructivo,
esclarecedor y, por
encima de todo,
consolador, pues los
audio libros pueden
hacerlos “viajar” por
los bellos caminos
relatados en esas
historias en que la
misericordia divina
inspira en todos
confianza, valentía,
resignación, esperanza y
fe.
Espíritas que somos,
convencidos de la
existencia de la vida
después de la muerte del
cuerpo físico,
aprendemos con la
doctrina acerca de la
población de
desencarnados que
habitan el orbe
terrestre y que están
presentes en todos los
ambientes, todo el
tiempo. Aprendemos,
también, sobre los
diferentes niveles
evolutivos de esos
espíritus. ¡Ahora,
¿cuántos de ellos no
podrían acompañar las
historias relatadas en
esos audios y, así,
beneficiarse con su
contenido, de modo a
instruirse y a
esclarecerse, ampliando
su visión espiritual y
conquistando una mejor
condición espiritual?!
Tenemos ya informaciones
de iniciativas volcadas
para estas cuestiones,
como ya fue mostrado en
ediciones anteriores por
esta revista. Entre esas
iniciativas, podemos
citar la de la FEB en
conjunto con la LBV, que
dispone algunas obras de
la psicografia del
querido y añorado
Chico Xavier. Los libros
son leídos acompañados
de efectos sonoros que
recuerdan las antiguas
novelas de radio,
haciendo la audición
bastante interesante y
agradable.
Tenemos, además de esa
experiencia, algunas
webs que disponen la
compraventa de CDs vía
net, y varias obras de
autores espíritas, como
Kardec y León Denis,
sin, con todo, los
efectos sonoros, hecho
que no altera en nada el
placer de oírlas y/o
estudiarlas.
La Audioteca Sal & Luz
es un ejemplo de ese
trabajo
Otra bella iniciativa
que debe ser citada y
ejemplo a ser seguido
para el bien y la
expansión de la
divulgación de la
doctrina espírita es el
de la Audioteca Sal &
Luz, situada en la
ciudad de Rio de
Janeiro, cuyo trabajo es
dedicado para la
atención de los
deficientes visuales. La
Sal & Luz cuenta
actualmente con 2.800
asociados y una
audioteca formada con
libros literarios sobre
los más variados temas.
Vale resaltar a
propósito de eso que,
enfrentando grandes
dificultades
financieras, la
Audioteca Sal & Luz ha
buscado nuevas
asociaciones para
mantenerse activa.
En un primer momento, al
tener noticias acerca de
la Sal & Luz, imaginé
como sería maravilloso
tener en el movimiento
espírita audio tecas
constituidas de obras
espíritas que pudieran
atender a las
necesidades de
compañeros y
simpatizantes del
Espiritismo que
enfrentan limitaciones
visuales o la ceguera
completa e irreversible.
Tenemos en el movimiento
espírita gran número de
ponentes que disponen
sus ponencias y
conferencias sobre los
más diversos temas, las
cuales pueden ser oídas,
vistas y copiadas vía
internet, gracias a
incontables webs
mantenidas por
compañeros de la
doctrina
conscientes de la
importancia de su
divulgación para el
avance espiritual de la
humanidad. Trabajos
dignos de nota, por el
valor que ahí se
concluye, y que suplen
la dificultad que muchos
encuentran en participar
de todos los eventos que
son realizados por
Brasil exterior y
por los que, por razones
diversas, no pueden
frecuentar como les
gustaría las casas
espíritas y sus grupos
de estudios.
Aunque haya gran mérito
en esos trabajos, ellos
no pueden atender de
forma satisfactoria a la
necesidades de los
deficientes visuales,
pues estos no pueden ver
y, por lo tanto, no
pueden tener acceso a
tales brillantes y
consoladoras
exposiciones disponibles
en este vehículo
bendito llamado
ordenador. La excepción
queda por cuenta de las
grabaciones disponibles
en el formato de CD.
Adentrando ese terreno,
podemos identificar
grupos que no se
encuentran en
condiciones monetarias
que les propicien la
compraventa de un
ordenador o la
financiación de la
utilización de internet.
En contrapartida, entre
esos vamos a encontrar
un gran número de
personas que
poseen aparatos de
sonido que les permiten
oír CDs, pudiendo así,
con facilidad y placer,
oír en esos aparatos
toda la literatura
espírita, no sólo
charlas y conferencias,
que estuvieran
disponibles en el
formato de audio, los
llamados audio libros.
Ciertamente, esos
compañeros, acompañados
por sus amigos
espirituales, se
sentirían inmensamente
gratos y solidarizados
por los grupos de amigos
espíritas interesados en
la plena y completa
divulgación de la
doctrina, exenta de
exclusión, pues todos
tendrían acceso a ella.
La unión entre las
Federaciones y las
Editoras sería
importante
Con la tecnología a
nuestro favor, sumada a
nuestra buena voluntad,
es posible, pues,
rescatar, aunque en
parte, la alegría de
esos compañeros,
devolviéndoles el
contacto con la doctrina
a través de la
literatura, sino por los
ojos, por medio de la
audición.
Al simple toque de un
botón “play” podrán
llegar a los oídos de
esos hermanos las bellas
narraciones de un
romance como el ya
citado Pablo y
Esteban.
Libros antiguos en las
fechas, pero actuales en
el contenido; libros
actuales, inspirados en
los antiguos... Sean
ellos didácticos y
volcados para los
estudios; ¡sean novelas
y volcado para el
ejercicio de la
sensibilidad; sean
evangelizadores y
dedicados para la
edificación del alma!
Todos instruyendo, todos
consolando y, por encima
de todo, todos
balsamizando heridas,
estén siendo oídos por
encarnados o
desencarnados.
Es comprensible que se
considere el alto coste
que se desprendería para
tal proyecto por parte
de aquellos que a el se
adhirieran. Creo ser
solamente este el motivo
por qué un proyecto como
ese no esté aún en
funcionamiento. Pero
creo también que la
“unión hace la fuerza” y
que, encontrándose
compañeros conscientes,
esa cuestión de los
costes será superada.
Para tal emprendimiento
debemos tener en cuenta
cuestionamientos como
este: “¿Qué
podemos hacer, en
relación a los
deficientes visuales
espíritas o no, para
devolverles la bendita
condición de, a través
de la literatura
espírita, revisen sus
estudios junto a la
obras doctrinarias y,
aún, actualizarlos en
cuanto a la nuevas obras
con nuevas
informaciones,
directrices y enseñanzas
traídas en la actualidad
por Espíritus
benevolentes preocupados
en auxiliarlos a
enfrentar ese delicado
periodo de transición
planetaria?”
¡Que se unan las
Federaciones, las
Uniones regionales e
intermunicipales, las
Editoras espíritas y
tantos más cuantos
quieran y puedan
trabajar encontrando
mecanismos que
favorezcan tal proyecto!
Cabe aquí, por señal, un
paréntesis: Sería
bastante interesante,
para el asunto en
cuestión, que las
Editoras pasen a lanzar
sus libros también en la
versión de audio libros,
firmando acuerdos con
las empresas, sino ellas
propias, que ya actúan
en ese mercado.
Las Casas Espíritas
podrían intermediar la
compraventa de esos CDs
junto a las empresas y/o
editoras que los
dispongan y, por su
parte, estas podrían
promover condiciones
para que las mismas
casas adquieran los
audio libros con vistas
a formar una audioteca,
a fin de
que sus frecuentadores o
quién más interesase,
portadores de
deficiencias varias,
acompañadas de carencias
monetarias, se hagan
asociados de esas
audiotecas y pasen a
usufructuar de ese
recurso y, en la
secuencia, adquirir el
bien imperecedero del
¡CONOCIMIENTO!
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