¿Cómo conoció el
Espiritismo? |
Fui criada en el
catolicismo, y
en la
adolescencia mi
madre emigró
para el
presbiterianismo.
Yo buscaba
respuestas a
muchas dudas y
comencé (en el
inicio de mi
adolescencia) a
investigar
religiones y
doctrinas, en el
intento de
hallar mi
camino. Debo a
mi madre el
hecho de no
poder vivir
feliz sin tener
a Dios en el
corazón y yo
quería
entenderlo. Tras
muchos intentos,
un día fui
invitada por una
compañera a ir a
un Centro
Espírita y,
después de
inicialmente
rechazar (porque
asociaba
Espiritismo a
Espiritualismo,
como muchas
personas
hacen), acabé
aceptando la
invitación y fui
hasta allá. Era
una Casa simple,
en Guarulhos (no
recuerdo el
nombre). Oí el
Evangelio y me
sentí tan bien
en el local que
decidí volver la
otra semana.
Ellos hacían una
reunión
mediúmnica en
paralelo con la
pública y cuál
no fue mi
sorpresa cuando,
en medio de la
conferencia, una
trabajadora me
pidió que la
acompañara
porque el mentor
de la Casa
quería hablar
conmigo. Fui
hasta la reunión
mediúmnica y el
Espíritu dijo
que yo tenía
compromiso con
la Doctrina
Espírita y un
bonito trabajo a
realizar, sin
embargo
no allí, sino en
un centro cerca
de mi casa. Al
final de la
reunión, me
dieron el
teléfono de la
USE-SP y,
conectando allá,
obtuve la
dirección de 5
casas espíritas
de la USE Villa
María. Visité
todas ellas, me
gustó bastante,
pero en la
última pensé
conmigo misma:
“es aquí que yo
me voy a
quedar”. Eso fue
a finales de la
década de 80 y
allá estoy hasta
hoy.
El centro
espírita al que
usted se refirió
es la CE Gabriel
Ferreira, de la
capital de São
Paulo. Háblenos
un poco de esta
casa y de las
actividades que
ustedes
desarrollan.
El Gabi, como lo
llamamos
cariñosamente,
nació en torno a
la mediumnidad
de Aparecida
Haría y, desde
su inicio,
Gabriel Ferreira
(mentor de la
Sra. Haría que
dio nombre a la
institución)
cobró la
creación de un
trabajo dedicado
para niños y
jóvenes.
Nuestras
actividades
engloban grupos
de estudio (para
todas las
edades, de todas
las obras de
Kardec y
clásicos de la
Doctrina
Espírita),
reuniones
públicas
pautadas siempre
en la base
kardecista (con
Atención
Fraterna,
Fluidoterapia),
reuniones
mediúmnicas
(todas privadas,
con
objetivos
específicos y
evaluación de
las actividades
buscando
mejorías).
Tenemos, aún,
actividades de
asistencia y
promoción
social, siempre
con el cuidado
de no mantener a
los asistidos
dependientes y,
por encima de
todo, con
acciones que
busquen su
crecimiento.
Además de eso,
con base
principalmente
en mi formación
y habilidad para
la investigación
y escritura,
montamos la
Galería Espírita
Vasículo Gomes
(el nombre
homenajea otro
mentor
espiritual del
Gabi) que, aún
simple, existe
para perpetuar
la historia del
Espiritismo y de
la Casa
Espírita. Además
de biografías,
libros raros y
antiguos,
tenemos objetos
relacionados con
la historia del
CEGF, de USE y
de la Doctrina
Espírita.
Su área de
actuación en la
Doctrina
Espírita está
más conectada a
la infancia
espírita.
Cuéntenos
exactamente como
es ese trabajo.
Yo diría que la
puerta de
entrada en el
Espiritismo fue
la del trabajo
con la infancia
y juventud
espírita, sin
embargo, con el
tiempo, pasé a
actúar en otros
sectores
(comunicación,
orientación
doctrinaria,
administración y
organización del
centro espírita,
etc.). Pero, en
relación al
trabajo de
Educación
Espírita
Infanto-Juvenil,
defiendo una
actividad
totalmente
pautada en la
base doctrinaria
según Allan
Kardec. A mi
ver, trabajar
sólo con la
parte
moral-religiosa
del Espiritismo
es dejar de
ofrecer al
Alumno
informaciones
esenciales para
su
camino en esta
existencia.
Además, al
contrario de lo
que muchos
piensan y
alegan, el niño
tiene total
capacidad de
entender las
enseñanzas
espíritas, desde
que los
Educadores
utilicen
herramientas y
lenguaje
adecuados cada
franja etária.
En el Gabi
trabajamos con
niños de todas
las edades,
siendo que a
partir de 4 años
ellos comienzan
a continuación
un programa
basado en El
Libro de los
Espíritus
(obviamente,
excluyendo
aquellos que
ellos aún no
necesitan
estudiar). A
partir del
índice,
escogemos los
temas
coincidentes con
el perfil de
nuestro grupo,
inclusive
siguiendo el
orden dispuesto
por el
Codificador que,
de hecho, fue un
grande pedagogo
y, al concebir
sus obras, usó
esa experiencia
de educador.
Trabajamos en
equipo, con
relevo constante
entre los
educadores (no
tenemos grupos
fijos, pero sí
pasamos por
todos ellos,
conociendo todos
los alumnos y
permitiendo que
ellos nos
conozcan y se
acostumbren con
nosotros).
Mensualmente
elaboramos en
conjunto las
aulas del mes
siguiente
(evitando
imprevistos) y
evaluamos –
también en
conjunto – las
aulas
suministradas.
Todo eso
buscando
mejorías y, por
encima de todo,
el cuidado de
adecuar el
contenido
doctrinario del
día a día de
nuestros niños y
jóvenes. También
estimulamos a
los niños y
jóvenes a
participar de
las
actividades de
la casa y a dar
ideas de
mejorías.
Ofrecemos,
también,
proyectos extras
que tratan de
incentivar a la
lectura,
redacción,
interpretación
de texto y la
Directoria
Júnior, en que
educandos (de 11
a 17 años)
forman una
directoria
pequeña para
colaborar con la
Casa. Ideas y
acciones
fantásticas
nacen de esos
proyectos
extras.
En base de su
experiencia,
¿qué sugerencias
usted puede
ofrecer para que
las Casas
Espíritas
implanten en sus
trabajos
referentes a la
educación
espírita
infantil?
En primer lugar,
las Casas
Espíritas deben
entender la
diferencia entre
recreación (un
espacio para
alguien cuidar
de niños,
generalmente,
colocándolas
para diseñar y
pintar, sin base
doctrinaria) y
educación
espírita
infanto-juvenil.
Esta pasa,
necesariamente,
por una
planificación
(pautada en la
base
doctrinaria,
conviene rizar
siempre);
trabajo en
equipo, estudio
y preparación de
los Alumnos (que
deben estudiar
la doctrina
espírita
constantemente);
inserción del
sector en la
estructura de la
institución (y
no
dejarlo
aislado);
participación
constante en las
reuniones de
directoria para
informar sobre
la actividad que
está siendo
desarrollada.
Cabe a la
Directoria y al
equipo de
Educadores
Espíritas
prepararse para
desarrollar esa
tarea que no
necesita ser
vista como mejor
o más
importantes que
las demás, más
tener el mismo
peso de todas
las actividades.
También es
esencial que
entiendan que
esa tarea es más
estratégica
dentro de la
institución,
tener en cuenta
que un trabajo
bien hecho
generará retorno
para el alumno,
para la
institución y
para la
sociedad. Debe
haber unión y
esfuerzo entre
todos los que
componen la
Casa
Espírita
(directoria,
trabajadores,
público en
general, padres,
educadores) para
que la actividad
sea implantada,
respetada,
valorada y, así,
pueda crecer con
calidad (cabe,
también,
recordar que
calidad no tiene
nada que ver con
cantidad y que
un trabajo con
público reducido
puede ser mucho
más interesante
que uno con más
de cien niños).
Otro punto
esencial es
tener en mente
que el mayor
objetivo del
sector debe ser
colocar el
mensaje espírita
(en su
totalidad:
ciencia,
religión y
moral) al
alcance del
público
infanto-juvenil.
El alumno debe
ir a la Casa
Espírita por el
placer de estar
allí, de
encontrar
amigos, personas
que los
respeten,
preocupándose
con ellos, por
la oportunidad
de aprender.
Merienda y otros
ítems deben
tener un papel
secundario,
finalmente,
bienes
materiales
(importante,
bien lo sabemos)
pueden ser
adquiridos en
varios locales,
pero el mensaje
doctrinario, si
no fuera pasado
en la Sociedad
Espírita, ¿dónde
más lo será?
¿Cuáles son los
mayores desafíos
a ser vencidos
en la educación
espírita
infantil?
Hay muchos. El
primero de ellos
es la
devaluación de
la tarea y que
es uno de los
principales
motivos de la
falta de
asistencia/rotar
de trabajadores.
Otro igualmente
importante es la
preparación de
los Educadores
(muchos se
sienten
inseguros para
desempeñar la
tarea) que debe
ser iniciado
con el estudio
de las obras
kardecistas,
pasando por
otros clásicos,
obras en el área
de educación
(espírita y no
espírita). Un
trabajador bien
preparado tiene
condiciones de
elaborar un
trabajo de
calidad,
específico para
el perfil del
público con el
cual él trabaja
(aulas
listas, por
ejemplo, no
siempre alcanzan
resultados
esperados porque
no fue tenido en
cuenta la
característica
de cada uno de
los alumnos) y
con condiciones
de crecimiento
constante. No
menos desafiante
es hacer que los
dirigentes y los
padres
participen de la
tarea, conozcan
sus objetivos y
ayuden a
construir una
actividad
sólida. Hay aún
el problema de
espacio físico
(los mejores, de
modo general,
son dirigidos al
público adulto),
materiales
adecuados y, muy
interesante, el
hecho de que los
Educadores (en
general)
mantengan el
trabajo en
archivos
personales,
cuando deberían
estar en las
Casas Espíritas.
Eso
significa que
cada vez que un
trabajador se
aleja, parte (o
toda) de la
historia de
aquella tarea se
va con él y los
que vengan a
sustituirlo, una
vez más, tienen
que comenzar de
cero. Un gran
perjuicio para
la Casa y para
la Causa
Espírita que, en
vez de promover
mejorías encima
de algo ya
existente, está
casi siempre
comenzando de
cero. Desde que
comencé el
trabajo en el
Gabi, en 1992,
inicié un
archivo
histórico que
contiene todo lo
que fue
desarrollado por
mí y por el
equipo. Así, si
un día todos nos
fuésemos, el
trabajo
continúa. Eso es
porque creo que
el trabajo deba
ser siempre más
importante que
el trabajador.
Marthinha, usted
está lista a
lanzar su primer
libro. Cuéntenos
un poco sobre
eso, los asuntos
abordados,
público-blanco,
finalmente,
háganos un breve
resumen sobre lo
que trata la
obra.
Se trata de una
especie de
registro de mis
experiencias en
el área de
infancia y
juventud, dentro
de la CE Gabriel
Ferreira. Abordo
la importancia,
los objetivos de
la actividad,
los públicos que
la componen,
trato de
planificación,
recursos
didácticos,
elaboración de
aula,
finalmente, son
informaciones
simples y
objetivas
(basadas en mis
vivencias como
Educadora
Espírita) muy
útiles para los
trabajadores del
área. Pero, creo
que el libro
pueda interesar
no sólo a los
que actúan en
esa área, sino a
todos los que
actúan en el
Centro Espírita.
Y la emoción de
escribirlo,
¿cómo fue?
¿Usted sintió el
apoyo de la
espiritualidad
en esta empresa?
En los cursos
que suministro
para preparar
trabajadores de
Educación
Espírita de la
Infancia y
Juventud, era
común a las
personas
sugirieran que
colocara en el
papel las
experiencias
relatadas, de la
misma forma,
amigos que
militan en el
medio espírita
también me
incentivaron
para eso. Decidí
aceptar el
desafío y fue
muy interesante
percibir que,
aún teniendo
mucho que
aprender, ya
poseo algo para
"pasar" a la
personas. Fue un
periodo muy rico
y emocionante en
que sentí la
presencia de la
Espiritualidad
amparándome y
conduciendo.
¡Algo sublime
mismo!
Hablemos un poco
sobre la USE
(Unión de las
Sociedades
Espíritas de São
Paulo). ¿Cuál es
la actividad que
usted desarrolla
en la USE-SP y
hace cuánto
tiempo está
allá?
Comencé en la
USE Vila Maria,
en el área de
Infancia y
Juventud, los
años 90. En la
Regional y
Estatal São
Paulo, entré
para la
Directoria en
2003. Comencé en
el área de
Educación
Espírita de la
Infancia (en la
cual aún estoy
actualmente),
pero actúo
también en el
área de
comunicación en
que, entre
otros, formo
parte del equipo
del periódico
Dirigente
Espírita.
Hablemos ahora
un poco sobre
comunicación, ya
que es su área
de formación.
¿Usted considera
que el
Movimiento
Espírita de
forma general se
comunica de
manera eficaz?
De modo general
la comunicación
en el medio
espírita es
deficitaria,
aunque haya
algunas
excepciones. Eso
ocurre, entre
otros factores,
porque – de modo
general – no
tenemos
profesionales de
Comunicación
actuando en ese
sector dentro de
las
instituciones.
No todas las
instituciones
espíritas poseen
el área en su
organigrama y,
entre los que
poseen, la
mayoría no
tienen alguien
con formación y
conocimiento
profesional.
Creo que
debimos,
obviamente,
aprovechar esos
colaboradores,
pero necesitamos
prepararlos para
ejecutar sus
tareas (que, al
contrario de lo
que muchos
piensan, no es
así tan fácil).
También creo que
debamos escoger
mejor las
herramientas,
explotándolas en
su totalidad. No
toda institución
puede, por
ejemplo, tener
un periódico
impreso – en
función de
costes -, pero
todas
pueden crear un
Periódico Mural,
algo
extremadamente
eficaz cuando es
bien utilizado
y, el mejor,
está al alcance
de todos. Sin
embargo, lo que
veo en la
mayoría de las
casas son
murales
utilizados para
fijar papeles
(eso no es
comunicación).
La opción por un
periódico
impreso,
tampoco, no pasa
sólo por las
condiciones
financieras, más
en definir cuál
es el objetivo
del periódico,
su periodo, la
composición de
equipo
cualificada etc.
Una de las
formas de
comunicación más
comunes dentro
de las casas
espíritas son
las conferencias
públicas, otro
canal importante
de comunicación
y, por lo tanto,
merecedor de
atención. Un
orador debe
entender que
hablar en nombre
de la Doctrina
Espírita implica
conocimiento de
su
base y una ética
que debe ser
vivida
constantemente.
Usar la tribuna
para defender
ideas personales
no es correcto,
a pesar de ser
común. Defiendo
la idea de
creación de
Talleres que
preparen
adecuadamente al
trabajador del
área y, así,
podamos
comunicarnos
mejor.
Imagino que el
día en que
consigamos
comunicarnos de
forma eficaz e
integrada, el
Espiritismo y
los espíritas
crecerán mucho y
alcanzarán un
mayor número de
público.
Un asunto que
considero
relevante
abordar es la
divulgación de
la Doctrina
Espírita más
allá de los
horizontes del
centro. ¿Cuáles
son sus
sugerencias para
que nosotros,
espíritas,
podamos
comunicarnos con
los no-espíritas
de modo
elegante, sin
que pasemos la
imagen de que
estamos
intentando
forzar a alguien
a creer en
nuestras ideas?
En primer lugar,
creo que debemos
seguir la
lección dejada
por el
Codificador y no
imponer nuestra
fe a nadie, sin
embargo
presentarla para
que los que
tengan interés
puedan conocerla
de forma
correcta. En mi
opinión, debemos
dividir ese tema
en dos puntos.
El primero trata
de la cuestión
institucional,
es decir, de la
forma como el
Espiritismo
debe
posicionarse en
la sociedad. Los
órganos que
representan la
Doctrina
Espírita deben
seleccionar bien
las personas que
hablarán en
nombre de ellas
y,
preferentemente,
prepararlas
adecuadamente
para la función.
Deben, aún,
tener una
planificación
estratégica de
comunicación que
incluya al
público externo,
permitiendo que
la sociedad como
un todo sepa
quién representa
el Espiritismo y
puede, por
tanto, hablar en
nombre de él.
Últimamente el
Espiritismo está
centrado y he
visto muchas
personas
hablando en
nombre de él de
forma
equivocada,
generando una
visión
distorsionada
sobre el tema.
Eso es algo muy
negativo y que
merece atención
de los
espíritas.
El otro punto de
esa cuestión
pasa por
acciones
aisladas que,
creo, ya vienen
siendo hechas
por varias
instituciones.
Atraer público
no espírita para
las
instituciones (u
otros locales)
con conferencias
de utilidad
pública, cursos
profesionales
etc. puede ser
una buena manera
de
iniciar una
aproximación y,
quien sabe,
desmitificar lo
que es de hecho
el Espiritismo.
Una acción que
tenemos en la CE
Gabriel Ferreira
es el
“Espiritismo en
las Calles”,
proyecto volcado
para colocar los
clásicos
espíritas en
locales públicos
(como metro,
autobús, centros
comerciales)
para que sean
“hallados” por
alguien que
venga a leer e
interesarse.
Vamos
seleccionando
las obras (sólo
clásicos mismo)
y, después de
pegar en la
primera página
una
identificación
del proyecto y
del centro,
“liberamos” las
obras en abril y
octubre (mes del
lanzamiento de
El Libro de
los Espíritus
y nacimiento de
Kardec). Todas
las personas de
la Casa
participan
dando, colocando
o liberando las
obras en algún
punto de la
ciudad.
Tengo certeza
que hay muchas
otras acciones
como esas
esparcidas y
dando buenos
frutos.
Finalmente, creo
que nuestra
conducta el día
a día hará que
las personas
formen una
opinión sobre la
Doctrina
Espírita. Si
ella será buena
o mala, depende
de nosotros.
¿Qué de su
formación en
periodismo y
relaciones
públicas
colabora para el
desarrollo de
sus actividades
dentro del
Movimiento
Espírita?
Mi visión de
Comunicadora
influye en todo
lo que hago
dentro del
movimiento
espírita.
Comienza siempre
por la
observación,
levantamiento de
informaciones,
establecimiento
de objetivos,
elaboración de
planificación,
ejecución,
evaluación. Todo
eso teniendo en
cuenta el
contexto general
(y no el trabajo
de forma
aislada),
siempre buscando
perfeccionamiento
constante y, por
encima de todo,
envolver (y oír)
el mayor número
de personas
posible. En
suma, todo ese
proceso es de
comunicación.
Sus
consideraciones
finales.
Agradezco mucho
por la
oportunidad y
por el interés
en oír mis
experiencias
que, sé muy
bien, aún son
pequeñas en
comparación con
la de tantas
otras personas
dedicadas a la
Doctrina
Espírita. De
hecho, aprovecho
para afirmar mi
gratitud a
tantas personas
que me acogieron
de forma
fraterna en el
movimiento
espírita.
No consigo
pensar en un
mundo mejor y
más fraterno sin
que aprendamos a
dividir nuestras
experiencias,
sumando con las
de otras
personas que
pasan por
nuestras vidas.
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